Mikel ZUBIMENDI
ELECCIONES EN ESCOCIA

Victoria clara del independentismo, vía abierta al segundo referéndum

Los resultados de las elecciones de Escocia han dejado dos cosas claras: que el SNP es el partido ganador de manera rotunda –rozando la mayoría absoluta, aunque sin conseguirla–; y que habrá una mayoría en el Parlamento comprometida con la celebración de un referéndum de independencia para Escocia, con un claro mandato popular.

El Scottish National Party ha ganado las elecciones de manera nítida y holgada. Con un aumento significativo de participación –la mayor en las seis elecciones celebradas desde 1999– y recogiendo un número votos que nunca antes había logrado, el SNP de la primera ministra Nicola Sturgeon volverá a gobernar tras 14 años en el poder. No es un logro pequeño. Tras tanto tiempo en el poder que consigan nuevos escaños, y en distritos que no eran suyos, y más con esa participación récord, es algo remarcable.

Sin embargo, en ciertas circunscripciones sí ha funcionado el voto táctico unionista y ha sido suficiente para impedir que el SNP logre una mayoría absoluta al quedarse a dos diputados de los 65 necesarios. Pero eso no detendrá la marcha ni hará desaparecer de la agenda la convocatoria de un nuevo referéndum de independencia. Con el apoyo de los Verdes escoceses, que son partidarios de ejercer la autodeterminación y de que los escoceses decidan su futuro en las urnas, y han adelantado que su voto será afirmativo en ese referéndum, el Parlamento de Holyrood tendrá un mandato claro para ello. De alguna manera, los Verdes facilitarán la formación de gobierno y la demanda del segundo referéndum, con una holgada mayoría parlamentaria, refrendada en unas elecciones con una participación histórica llegará hasta Boris Johnson, que difícilmente podrá negarla o menospreciarla.

El frente unionista que abanderó Johnson contra el SNP ha fracasado. Los laboristas lo rechazaron y han hecho su campaña con el lema «primero, la recuperación», y no les ha ido mal. Han cosechado unos resultados dignos, sin motivos para echar la campanas al vuelo, pero lejos de la debacle del laborismo en Inglaterra.

Todo listo para el choque

Las elecciones han estado dominadas por el tema de la independencia. Y cuando el polvo se asiente después del recuento final y se declaren los resultados definitivos, la independencia seguirá dominando el debate. La pandemia y la recuperación vendrán quizá primero, pero Boris Johnson ya se puede ir preparando, sabe que la sombra del segundo referéndum estará en el centro del escenario, que no desaparecerá de la agenda.

Con la incontestable victoria del SNP, todo está listo para un enfrentamiento con Downing Street, ya que la líder del partido, Nicola Sturgeon, ha advertido a Johnson que «tendría que ir a los tribunales» para evitar que su nuevo gobierno introduzca legislación para otro referéndum. Sturgeon declaró ayer que «me comprometo a volver al trabajo de inmediato para continuar conduciendo al país a través de la crisis de covid y luego, cuando sea el momento adecuado, ofrecerle la elección de un futuro mejor». Y añadió que «la gente en Escocia ha votado por una mayoría independentista, ningún político tiene derecho a cerrar ese camino».