GARA
CIUDAD DE GAZA

Netanyahu desafía a Biden y seguirá bombardeando Gaza

El primer ministro Benjamin Netanyahu reiteró su «determinación» a continuar los bombardeos sobre la Franja de Gaza hasta que Israel «haya cumplido su objetivo». Esa fue la respuesta que le dio al presidente de EEUU, Joe Biden, quien en una llamada telefónica horas antes le dijo que esperaba «una desescalada» ayer mismo. No obstante, la Casa Blanca sigue bloqueando en el Consejo de Seguridad una resolución que urge a poner fin a las hostilidades.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró ayer que está «decidido» a seguir con la operación militar en Gaza, poco después de hablar con el presidente de EEUU, Joe Biden, que le urgió a llevar a cabo «una desescalada significativa».

«Estoy decidido a continuar esta operación hasta que logre su objetivo: devolver la tranquilidad y la seguridad a los ciudadanos de Israel», aseguró el jefe de Gobierno, en declaraciones difundidas por la Oficina de Prensa del Gobierno israelí.

En un encuentro previo con embajadores en Tel Aviv, Netanyahu dijo que «solo hay dos posibilidades para hacerles frente: bien ir hasta el final, que es todavía una posibilidad, bien la disuasión, y actualmente estamos inmersos en una disuasión firme. Debo decir que no descartamos ninguna opción. Lo que intentamos hacer es precisamente esto: reducir sus capacidades, sus medios terroristas, y disminuir su determinación».

En ese mismo tono se expresó tras visitar la sede del Ejército en Tel Aviv, la Kiriá. «Cada día que pasa atacamos a más capacidades de las organizaciones terroristas, atacamos a más comandantes superiores, derribando más edificios terroristas y atacando más arsenales de armamento», manifestó.

Hamas y la Yihad Islámica también respondieron al llamamiento de Biden. El portavoz de Hamas, Hazem Qassam, subrayó que «quienes buscan restaurar la calma, deben exigir a Israel que cese sus agresiones en Jerusalén y los bombardeos contra Gaza. Una vez de que eso ocurra, habrá espacio para hablar y estudiar las vías para restaurar la clama».

Por su parte, el responsable de la Yihad Islámica, Ziad al-Nakhala, consideró que «las conversaciones siguen paralizadas. El único camino para la libertad es proteger Jerusalén y a su gente».

En diez días de ofensiva, han fallecido 227 palestinos, entre ellos 64 niños, 38 mujeres, 16 ancianos y familias enteras, y al menos 1.530 palestinos han resultado heridos. Otros 72.000 han tenido que abandonar sus hogares, 725 viviendas han sido dañadas mientras que 156 edificios han sido destruidos. Según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa), 48.000 personas se han quedado sin casa y han tenido que ser distribuidas en las 58 escuelas que la Agencia tiene en la Franja de Gaza.

Un convoy con ayuda humanitaria de la ONU seguía ayer paralizado en el punto fronterizo de Karam Abu Salim después de que Israel volviera a cerrar la frontera con Gaza tras una breve apertura para permitir la entrada de asistencia.

Pese a la magnitud de la masacre, el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, respaldó el «derecho y deber» de Israel a defenderse y condenó «el terror de los cohetes». En una intervención en el Parlamento, pidió el «cese inmediato» de los ataques a Israel, un alto el fuego y la celebración de conversaciones «directas» entre israelíes y palestinos. Pidió actuar «con contundencia» frente al antisemitismo. «Hay que hacer frente a los predicadores del odio antisemita, a los agitadores y a los autores de actos violentos aquí, en nuestras propias ciudades, con toda la fuerza del Estado constitucional alemán», exclamó.

En el Consejo de Seguridad de la ONU, el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, confiaba en que la Casa Blanca cambie su postura y deje de bloquear una resolución que urge a poner fin a las hostilidades.