Maxime POPOV (AFP)
SEVEROMORSK

Rusia presume de su base militar en el Ártico, el «contrapeso» a la OTAN

Es la instalación militar más septentrional del mundo, a 600 km del Polo Norte, y el Ejército ruso se vanagloria de que su sistema de defensa costera móvil Bastion, con un alcance de 360 kilómetros, resulta «fiable» en las extremas condiciones meteorológicas del Ártico.

«¡El enemigo no pasará!», asegura el comandante Ivan Glushchenko en medio de un paisaje de un blanco inmaculado. En esta base ultramoderna, en el Ártico ruso, las fuerzas de Rusia se preparan para hacer frente a la OTAN. En el Ártico, región estratégica, rica en hidrocarburos y que se espera que desempeñe un papel creciente en el comercio mundial debido al cambio climático y al deshielo, los intereses de Rusia se contraponen a los de otros países, sobre todo de Estados Unidos.

Aquí, en la base “Trébol del Ártico” en el archipiélago de Francisco José, a apenas 600 kilómetros del Polo Norte, los soldados de Moscú tienen la intención de quedarse para siempre. En un territorio de más de 14.000 metros cuadrados han construido, sobre las ruinas de antiguas instalaciones soviéticas, un complejo que puede funcionar de forma autosuficiente durante casi año y medio.

La base está equipada con una estación con depuradora y calefacción de agua, una central eléctrica, una clínica, un gimnasio, un cine, una sauna y una iglesia. Todo ello conectado por túneles con calefacción que permiten a los aproximadamente 150 militares no tener que salir al frío polar, a no ser que sea estrictamente necesario.

«Podemos comparar este complejo con una estación espacial, la única diferencia es que no se encuentra en órbita sino en el desierto ártico», afirma el general Igor Tshurkin, uno de los comandantes de la Flota del Norte, presente en el lugar.

Azotada por el viento y con temperaturas que pueden bajar hasta los -42° C, la base también posee un gigantesco aeródromo, del que despegaron en marzo dos cazas MiG-31 que consiguieron cruzar el Polo Norte antes de regresar al archipiélago.

Los oficiales de esta instalación militar, la más septentrional del mundo, presumen de su sistema de defensa Bastion, con un alcance de 360 kilómetros y que ha demostrado ser «fiable» en las condiciones meteorológicas extremas del Ártico, según el comandante Balabek Eminov.

En esta región estratégica, las rivalidades se han intensificado en los últimos años. Tanto Rusia como la OTAN –sobre todo con bombarderos estadounidenses– han incrementado sus maniobras en la región. De hecho, Ivan Glushchenko, uno de los oficiales de la base, cuenta que hace dos días localizaron un avión de reconocimiento noruego y que le enviaron un aparato ruso para «acompañarle« unas horas.