A pesar de las restricciones implementadas a lo largo y ancho del planeta para frenar la expansión del coronavirus, la cifra de desplazados internos en el mundo alcanzó en 2020 el récord de 55 millones, más de la mitad, 30,5 millones, a causa de desastres naturales.

Según los datos publicados ayer por el Centro de Vigilancia de Desplazamientos Internos (IDMC), con sede en Ginebra, y el Consejo de Refugiados noruego (NRC), en 2020 se registraron 55 millones de nuevos desplazados, la cifra más alta en los últimos diez años, lo que equivale a más de un desplazado por segundo.

«Estos números han sido inusualmente altos», remarcó en declaraciones a AFP la directora de IDMC, Alexandra Bilak, quien advirtió de que «es especialmente preocupante que estas cifras tan altas se registrasen en el escenario de la pandemia de covid-19».

El drama de Siria

Los ataques de grupos yihadistas en países como Mozambique, Etiopía o Burkina Faso contribuyeron al aumento de estos desplazamientos internos, aunque también se produjeron en zonas que padecen largos conflictos armados como Siria, Afganistán, Yemen o la República Democrática del Congo (RDC).

Siria cuenta con 6.568.000 desplazados internos, mientras que en RDC hay 5.268.000; en Colombia, 4.922.000; en Yemen, 3.635.000; y en Afganistán, 3.547.000, según los datos recogidos en el informe del IDCM y del NRC.

En cuanto a los desplazamientos originados por desastres naturales, el 98% se debieron a catástrofes climáticas. Solo el ciclón Amphan, que afectó al sur de Asia en mayo del pasado año, causó cinco millones de desplazamientos en India, Bangladesh, Bután y Birmania, mientras que el continente americano sufrió una de las peores temporadas de huracanes, con más de una treintena de fenómenos de este tipo.

Así, 14,6 millones de personas se vieron forzadas a dejar sus hogares por tormentas, 14 millones por inundaciones y 1,2 millones por incendios. A ellas hay que sumar 102.000 desplazados por corrimientos de tierra, 46.000 por temperaturas extremas y 32.000 por sequías, así como 655.000 por desastres geofísicos, incluidos terremotos y erupciones volcánicas.

Impacto del covid-19

Los responsables del informe resaltaron el impacto de la pandemia, que aumentó las necesidades de los desplazados y generó «desafíos significativos a nivel operativo y financiero para los gobiernos y sus socios humanitarios».

Explicaron que los confinamientos y la caída económica que han acompañado a la propagación del covid-19 han intensificado las dificultades financieras a las que hacen frente muchos desplazados, lo que ha llevado a un aumento del trabajo infantil y de los matrimonios infantiles en algunas zonas.

Además, la suspensión de las clases y el cierre temporal de espacios reservados para niños y niñas en países como Birmania ha reducido la capacidad de los actores humanitarios para contactar con los desplazados y analizar sus necesidades.

«Las medidas por el covid-19 han socavado la recopilación de datos sobre los desplazados internos, haciendo más difícil trazar sus movimientos y valorar sus necesidades», apuntaron desde el IDCM y el NRC, y alertaron de que a estos problemas se suman la recesión y los cambios de los precios de los bienes, que han incrementado la inseguridad alimentaria.