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Al-Assad se hace con un cuarto mandato tras arrasar con el 95,1% de los votos

El presidente sirio, Bashar al-Assad, arrasó con el 95,1% de los votos en las elecciones presidenciales celebradas el miércoles, haciéndose con un cuarto mandato consecutivo de siete años, que según la Constitución deberá ser el último, y afianzándose en el poder tras recuperar el control del 70% del territorio en los últimos años de guerra.

Como se esperaba, tras más de dos décadas al frente del país, Al-Assad barrió a sus contrincantes Mahmud Marai, un líder de la oposición interna tolerada por Damasco, y Abdullah Salloum Abdullah, exviceministro de Asuntos Parlamentarios que se presentó como independiente a unos comicios rechazados por la oposición en el exterior y los países que la apoyan.

Varios millones de sirios se quedaron fuera del proceso en el último bastión yihadista y rebelde del noroeste y en el noreste kurdo de Rojava.

Las elecciones se realizaron pese a que el proceso de paz liderado por la ONU desde 2015 había pedido una votación bajo supervisión internacional para avanzar hacia una nueva Constitución y un acuerdo político.

Tras recuperar el control de la mayor parte del país, el principal desafío de su cuarto mandato será lograr la reactivación de una economía fuertemente golpeada. Las perspectivas de recuperación no son buenas a la vista del endurecimiento de las sanciones de EEUU, la crisis financiera en el vecino Líbano, la pandemia que afecta a las remesas de los sirios en el extranjero y el alivio insuficiente de aliados como Rusia e Irán.

La ciudadanía se ve afectada por la escasez de productos básicos como combustible y pan. Según la ONU, más del 80% de los sirios viven por debajo del umbral de la pobreza, más de 17 millones necesitan ayuda humanitaria y al 60% no le alcanza para una comida al día.