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Merkel y Macron apremian a Dinamarca a que aclare su rol en el espionaje de EEUU

El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, pidieron a Dinamarca que aclare su participación en el «espionaje amigo» de EEUU sobre líderes europeos revelado en 2013 y del que ahora se conoce la colaboración de la Inteligencia danesa.


El presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, apremiaron a un total esclarecimiento del papel desempeñado por Dinamarca en el «espionaje entre amigos» de Estados Unidos sobre líderes europeos.

«El caso se remonta a hace años. Pero si la información es cierta, no es aceptable, menos aún entre aliados europeos», afirmó Macron, tras las consultas intergubernamentales con Merkel. Entre socios, más entre europeos, «no puede haber espacio para la sospecha», insistió Macron, quien indicó que su país ha pedido ya información completa a Dinamarca y que está a la espera de respuestas.

Las relaciones entre socios se fundamentan en la «certeza y la confianza», apuntó por su parte Merkel sobre un caso que, en su momento, sacudió la sintonía con su gran aliado transatlántico al revelarse las escuchas a su teléfono móvil por parte del espionaje estadounidense.

Las nuevas revelaciones, difundidas el domingo por medios daneses y alemanes, que se remiten a nueve fuentes con acceso a material clasificado del servicio de inteligencia de Defensa danés, apuntan a que Dinamarca consintió que EEUU usara sus sistemas de telecomunicaciones para espiar a los líderes europeos.

Antes de la reunión entre la canciller y Macron, el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune, había afirmado que, de demostrarse esa convivencia, el asunto sería «extremadamente grave».

El portavoz de Merkel, Steffen Seibert, por su parte, respondió simplemente que su Gobierno «tomaba nota» del caso y que los estamentos competentes están sobre el asunto, a escala nacional e internacional.

La sospechas se centran en las escuchas ilegales de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) que afectaron a Merkel, al exministro de Exteriores y ahora presidente, Frank-Walter Steinmeier, así como a otros dirigentes franceses, suecos y noruegos. El escándalo por el espionaje «amigo» salió a relucir en 2013 gracias a las denuncias del exanalista de la CIA Edward Snowden.

Merkel expresó ya su malestar al entonces presidente, Barack Obama, por lo que tachó de «inaceptable espionaje entre amigos». Sucesivas revelaciones periodísticas sacaron a la luz esas prácticas, que la NSA había estado llevando a cabo desde los 90 y que afectaron a otros líderes y al BCE.