Al menos doce civiles murieron y otros trece resultaron heridos en un doble atentado con bomba contra dos microbuses de pasajeros en Kabul.

La primera explosión se produjo en el oeste de la capital, al detonar una bomba adherida al microbús. En ella murieron siete personas y otras nueve resultaron heridas. Una hora después, en un lugar cercano, una segunda explosión en otro microbús causó cinco muertos y cuatro heridos, aunque el número de víctimas podría ser mayor.

«Todos los muertos y heridos son civiles que se dirigían en los autobuses a sus hogares tras la jornada laboral», indicó el Ministerio del Interior.

El doble atentado se produjo en una zona conocida como Gharb-e-Kabul, habitada sobre todo por miembros de la minoría chií hazara, objetivo frecuente de ataques contra gimnasios, mezquitas, banquetes de bodas u otros lugares de reunión, reivindicados por el Estado Islámico, que los considera apóstatas.

En uno de los peores ataques contra esta minoría, el 8 de mayo en la misma zona de Kabul, al menos 85 civiles murieron, en su mayoría niñas, y otros 147 resultaron heridos en el atentado contra una escuela femenina.

Continuidad de la OTAN

Por otra lado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que la Alianza mantendrá el apoyo a Afganistán tras su repliegue militar, que culminará en setiembre, ante la inestabilidad que atraviesa el país. En concreto, mantendrá una misión civil, apoyo financiero al Ejército y estudiará la posibilidad de entrenar a fuerzas afganas fuera del país, además de respaldar infraestructuras clave como el aeropuerto internacional de Kabul.