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Johnson amaga con acciones unilaterales en el norte de Irlanda

El primer ministro británico, Boris Johnson, recalcó ayer que Londres «hará lo que sea necesario» para «mantener la integridad territorial», incluso suspender aspectos del protocolo sobre el norte de Irlanda, incluido en el acuerdo del Brexit. La tensión era alta en el G7.


Las sonrisas del inicio de la cumbre del G7 en Cornualles tornaron en gesto adusto en las reuniones bilaterales con los responsables de la Unión Europea, Ursula von der Leyen y Charles Michel, así como con el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel.

«He hablado aquí con algunos de nuestros amigos que parecen no comprender que el Reino Unido es un único país, un único territorio. Tengo que meterles eso en la cabeza», declaró el jefe de Gobierno británico a la cadena Sky News.

Johnson invocó el artículo 16 del protocolo, incluso dentro de los acuerdos del Brexit, que prevé que una de las partes tome medidas si considera que el pacto está provocando «serias dificultades económicas, sociales o medioambientales».

Londres argumenta que los controles aduaneros que se pactaron entre el norte de Irlanda y Gran Bretaña para evitar una frontera en Irlanda tras el Brexit crean demasiadas fricciones en su mercado interno, y pide que se apliquen de una manera «más razonable».

Macron se mostró dispuesto a «resetear» la maltrecha relación franco-británica, pero subrayó que eso exige «que los británicos respeten la palabra dada a los europeos».

«Ambas partes deben aplicar lo acordado. La unidad de la UE en esto es total», coincidieron en Twitter Ursula von der Leyen y Charles Michel. Ambos aseguraron que las medidas acordadas para el norte de Irlanda «preservan la paz en la región» al evitar una frontera dura.

«Guerra de las salchichas»

El Gobierno de Johnson y los unionistas norirlandeses afirman que estas ponen en peligro «la integridad y la soberanía». Se teme que los enfrentamientos registrados en abril se repitan durante las marchas unionistas del próximo mes de julio.

En los últimos días, las tensiones han cristalizado en las importaciones de carne refrigerada, descritas por la prensa británica como «guerra de las salchichas», a medida que se acerca el final de un periodo de gracia para los controles aduaneros. «Creo que el protocolo puede funcionar si se aplica de una manera razonable», manifestó Johnson, que consideró «altamente improbable» el inicio de una guerra comercial.