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KOLABORAZIOA

Carta al Presidente del Alavés


Estimado Presidente: Considero una injusticia moral y un error deportivo no haber renovado el contrato de Manu García. Manu García cuenta con dos puntos importantes en su haber. En primer lugar, creo que todavía tiene capacidad deportiva para jugar en el Alavés. No tendría hueco quizás en el Barca, pero en el Alavés su gran capacidad y dinamicidad le siguen dotando de presencia futbolística. Ya le pasó lo mismo en sus tiempos a Karmona, despreciado por el club al que le entregó todo. Como no soy el entrenador, no diré que Manu García debe ser un titular indiscutible, pero sí un jugador válido para jugar en el Alavés 90 minutos o 45, lo que estime el entrenador en su momento. Le recuerdo que actualmente pueden jugar 15 jugadores en un partido y los cambios sirven para poder orientar el partido y la presencia de jugadores según las necesidades existentes a juicio del entrenador. Muy bien podría haber acabado Manu dentro de uno o dos años su presencia en el Alavés y como jugador. 

En segundo lugar, Manu es un jugador alavés y vitoriano, de los que hay pocos en nuestro club. Llevo insistiendo desde siempre y sobre todo desde que estamos en Primera División en el hecho de que damos cabida a pocos jugadores vascos en nuestras filas. Nuestro director deportivo parece que ni los busca. Es una lástima y un error. Manu además es un líder y un capitán que sé que se ha batido el cobre por el buen ambiente en el colectivo de futbolistas, por el amor a los colores, por las buenas relaciones laborales. Conozco a Manu desde hace muchos años. El presidente del Logroñés, José Luis Bermejo, exalcalde de Logroño, me decía ya entonces (hace diez años) que la autoridad profesional y moral de Manu, capitán, era un tesoro para su equipo. 

Y el Alavés le paga a Manu con la no renovación del contrato. ¡Excelente trato! Si ustedes, como dirigentes albiazules, tuvieran visión futbolística, altura moral y capacidad de rectificar, lo que deberían hacer es volver a contratar a Manu García para alegría de todos los aficionados alavesistas. No hay más que ver todos los elogios que se han hecho de él. El Alavés es o debería ser más que una empresa. En algunos aspectos me recuerda las actuaciones inefables de un horrible Pitermann.

Siento mucho lo que ha decidido el Alavés. 

Un saludo.