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Los palestinos no esperan cambios del nuevo Gobierno israelí

Los palestinos no esperan cambios del nuevo Gobierno israelí, que en Israel fue recibido con expectación. Da inicio a una nueva era sin Benjamin Netanyahu y con el reto de reconciliar una sociedad polarizada y aunar políticas en una coalición ideológicamente diversa.

El nuevo «Gobierno del cambio» de Israel comenzó ayer su andadura tras ser ratificado en domingo por la noche en el Parlamento por un voto de diferencia y sus ministros asumieron sus carteras y realizaron las primeras reuniones de trabajo, mientras Benjamín Netanyahu se estrena en la oposición.

Si la población israelí recibió con expectación al nuevo Gobierno, la reacción palestina fue poco entusiasta. Para la Autoridad Palestina (ANP), en la Cisjordania ocupada, la salida de Netanyahu marca «el fin de uno de los peores períodos en la historia del conflicto» con Israel y no cree que vayan a cambiar las política respecto a los palestinos o la ocupación de su tierra.

Su primer ministro, Mohamed Shtayyeh, matizó, no obstante, que no cree que el nuevo Gobierno sea «menos malo» que las coaliciones anteriores y condenó el apoyo de Bennett a las colonias judías en territorio ocupado. «Lo que se necesita del nuevo Ejecutivo de Israel es que comience a trabajar para poner fin a la ocupación y acabar con sus herramientas coloniales, como los asentamientos», agregó.

Por su parte, Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza, consideró que el cambio en el poder israelí no varía en gran medida la situación política de los palestinos. «Cualquiera que sea la forma del Ejecutivo no cambiará la naturaleza de nuestro trato» con esa institución «como entidad ocupante a la que se debe resistir», señaló Fawzi Barhoum, que añadió que Hamas seguirá luchando «por todos los medios y formas de resistencia», incluida «la armada» si lo ve necesario.

Netanyahu no se resigna

El presidente, Reuven Rivlin, recibió a los 27 miembros del Ejecutivo –nueve mujeres–, que estará encabezado los dos primeros años por el ultranacionalista Naftali Bennett, quien cederá el cargo pasado ese tiempo a su socio de coalición, Yair Lapid, quien hasta entonces asumirá la cartera de Exteriores.

Aferrado al cargo –que lo ha ocupado un total de 15 años–, Netanyahu prometió el domingo una oposición férrea, desde donde aspira a reconquistar el poder, y no parece dispuesto a ofrecer una transición suave. Los retos del nuevo Ejecutivo pasan por reconciliar a su muy crispada y polarizada sociedad, aunar política en el seno de esa ideológicamente muy diversa coalición y recomponer la imagen del país en el exterior, además de reinstaurar los valores democráticos sacrificados por Netanyahu para convertir a Israel en un Estado judío, según los analistas.