EDITORIALA
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La ansiedad y el deseo no terminan con la pandemia

Un nuevo repunte de infectados por el covid-19 ha alcanzado a Hego Euskal Herria. Primero fue un viaje de fin de curso a Baleares, más tarde otro a Salou, y ahora con el verano las «no-fiestas-patronales». Y si los no-sanjuanes han dejado ya un aumento de infectados, a partir de hoy llegan los no-sanfermines. En este contexto, el Gobierno de Nafarroa ha tomado la iniciativa y ha decidido restringir el ocio nocturno para evitar males mayores. Una medida que sirve también para recordar que todavía estamos en pandemia. Y una decisión sensata que lleva a preguntarse sobre las resoluciones que se han tomado este último mes para que la gente considerara que la crisis sanitaria era ya agua pasada. Es posible que, una vez más, el turismo, la ansiedad o los cálculos de las autoridades haya marcado el ritmo de los cambios, dando la impresión equivocada de que la pandemia estaba superada.

Esta vez la gran mayoría de personas contagiadas son jóvenes a los que la enfermedad provoca cuadros menos graves y con ello el impacto sobre el sistema sanitario también es menor, aunque no por ello desdeñable. Los servicios de salud han estado tensionados al máximo este último año y medio, y para hacer frente a los apremios de la pandemia han postergado tratamientos no urgentes que ahora hay que atender. La atención primaria sufrirá en esta nueva ola y no se ha invertido suficiente. Con este panorama, se ha acelerado el levantamiento de algunas restricciones en base a premisas falsas. Por ejemplo, desmantelar el sistema de rastreo sin haber alcanzado la inmunidad de grupo sería un grave error.

Lo cierto es que todo el mundo desea pasar página, pero eso no se consigue solo con apelar a la responsabilidad de la ciudadanía. Son los responsables los que deben marcar una línea rigurosa y coherente para evitar repuntes como los de estos días. Si ejercen su labor y lo explican, la mayoría de la ciudadanía cumple. Está demostrado.