Miles de personas rechazaron ayer en el Estado español el crimen que con una brutal paliza acabó con la vida del joven de 24 años Samuel Luiz en la madrugada del pasado sábado en A Coruña, así como la creciente violencia contra el colectivo LGTBI.

Al igual que en otras localidades, en la ciudad gallega los asistentes achacaron el crimen a una muestra de LGTBIfobia y guardaron un minuto de silencio que culminó con un fuerte aplauso, en una plaza completamente abarrotada. «Su amor no hacía daño, nuestro odio sí», «Pedimos respeto» o «Samu no ha muerto, lo han asesinado», se leía en las pancartas.

Una representante de la asociación ALAS Coruña explicó que el padre de Samuel pidió a las familias de los agresores que los ayuden a identificarlos, pues por el momento no ha habido detenciones. Además, sostuvo que «los discursos de odio y la violencia no pueden tener cabida» en la sociedad y denunció que «los crímenes de odio no ocurren en el vacío, sino en un contexto social que los permite y fomenta».

Ayer se siguió tomando declaración a los testigos sin que todavía la Policía confirmara que se tate de un crimen homófobo.