Ingo NIEBEL
Historiador y periodista
ESCENARIO PREELECTORAL

Las riadas arrastran también al designado sucesor de Merkel

El desastre natural que ha sufrido, sobre todo, el oeste alemán está teniendo consecuencias en la campaña electoral. Por ahora, ha lanzado al candidato a canciller de la CDU, Armin Laschet, en caída libre en las encuestas y ha ayudado a coger impulso a su rival Annalena Baerbock, de los Verdes ecologistas. El panorama político está cambiando.

Hace una semana, en una de las habituales «entrevistas de verano» de la primera cadena de la televisión estatal ARD, el presidente del Partido Liberal Democrático (FDP), Christian Lindner, dio por decididas las elecciones generales del 26 de setiembre. Según su punto de vista y sus expectativas, las ganará el candidato y presidente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Armin Laschet. En un Ejecutivo liderado por el sucesor de la actual canciller, Angela Merkel, Lindner reclamaba para sí el Ministerio de Hacienda y, de paso, abogaba por un regreso a la «política del cero negro», es decir, a bajar drásticamente el gasto público y no subir los impuestos a los ingresos altos.

Cuando Lindner expresó sus ideas, las encuestas indicaban aún la posibilidad de que su FDP sumara suficientes votos como para formar, en calidad de socio minoritario, un bipartito con la CDU. Sin embargo, sus expectativas no tenían en cuenta que entonces los sondeos reflejaban una intención de voto anterior a las graves inundaciones que afectaron, sobre todo, a los dos estados federales del oeste alemán, Renania del Palatinado y Renania del Norte Westfalia.

Dos semanas después, el panorama político se presenta diferente. Según un sondeo del instituto Forsa para la televisión privada RTL/n-tv, el desastre natural es el tema más importante para el 81% de los encuestados, por delante de la pandemia (57%), los comicios (28%) y el clima (11%).

Así, a los Verdes se les abre la oportunidad de recuperar su tema estrella, el cambio climático, relegado debido a la pandemia. Además se les brinda la posibilidad de alejar a su candidata a canciller, Annalena Baerbock, de las informaciones negativas que le salpican. La serie es larga y va desde ingresos extra no declarados al Parlamento Federal y un currículum inflado hasta partes plagiadas en su reciente libro y el intento de censura de un vídeo en el que utilizó la vetada palabra «negros» para explicar el racismo. Por su condición de mujer y por pisar con los Verdes los talones a la CDU en las encuestas, ha tenido que soportar una insólita campaña en contra tanto por parte de la prensa de la derecha, representada por la editorial Springer, como en las redes sociales.

Su caso demuestra que la CDU ha «americanizado» la campaña electoral, es decir, va a por los errores personales de su principal rival provocando emociones. En Sajonia-Anhalt tuvo éxito y obtuvo un inesperado triunfo sobre la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). En la fase final puso al electorado ante la decisión de elegir entre «nosotros o la AfD».

Con un esquema parecido ha operado hasta ahora a nivel nacional, pero contra los Verdes. Logró cierto éxito y aventajó a los ecologistas por los deslices de Baerbock. El objetivo era –y es– hacer posible un bipartito de CDU y FDP. Pero ahora su estrategia sufre el efecto bumerán.

«Laschet en caída libre» tituló –o, más bien, alertó– el diario sensacionalista “Bild”, buque insignia de Springer. El instituto Forsa suele preguntar a qué candidato se votaría si la elección fuese directa. En ese caso, el ministro presidente de Renania del Norte Westfalia perdió seis puntos, hasta quedarse en el 17%, por detrás del candidato socialdemócrata Olaf Scholz (SPD), que obtuvo el 18%, y Baerbock, con el 19%. El 45% no votaría a ninguno de los tres candidatos.

Tras la carcajada que soltó al fondo cuando el presidente de la República Federal, Frank-Walter Steinmeier, expresaba su pésame y empatía a las y los afectados por las inundaciones las simpatías hacia Laschet cayeron al 17% mientras que sus dos rivales recibieron el 33% de apoyos cada uno. Además, Baerbock y Scholz parecen ser más «activos y decisivos» que el demócrata cristiano, tener «un buen concepto para Alemania» y «reconocer a tiempo los problemas actuales».

Si las elecciones se celebraran en este contexto, la CDU obtendría el 26% de los votos, un 6% menos que en 2017. Los Verdes subirían 13 puntos, hasta al 21%, mientras que el SPD caería del 20% al 15%. Le seguiría el FDP con 13 puntos, tras conseguir un plus de tres puntos. La AfD y el partido socialista Die Linke (La Izquierda) perderían un 2% y se quedarían en el 10% y el 7%, respectivamente. La abstención subiría dos puntos, al 25%.

Es reseñable que el 50% de los encuestados piensa que ningún partido es capaz de solucionar los problemas del país. Todavía el 24% cree que la CDU y su socia bávara CSU son los más competentes (3 puntos menos), mientras que el 10% ve apto a los Verdes y el 6%, al SPD.

Dos factores serán decisivos a partir de ahora: el trato que reciban las personas afectadas por el desastre natural y la gestión de la pandemia, con una cuarta ola que en Alemania podría ser provocada por el nuevo grupo más vulnerable, las y los no vacunados.

Las personas damnificadas por las riadas necesitan ayuda práctica y la esperanza de poder reconstruir lo que han perdido. Ante todo, sus viviendas, pero también las infraestructuras. La política suele obviar el impacto sicológico que trae una catástrofe de estas dimensiones, más si se produce en medio de una insólita pandemia.