Txaro Marquinez, Maite Ramos, Marixa Diaz de Arkaia Landa y Guillermo Perea Lopez de Letona
Babestu Araba
GAURKOA

Residencias en Araba: tiran la piedra y esconden la mano

A primeros de mes, el diputado general de Araba, lanzó a través de los medios de comunicación, su opinión sobre la obligatoriedad de la vacunación de las trabajadoras de las residencias. Lo hizo, a sabiendas de que la vacunación, a día de hoy es voluntaria y de que su capacidad legislativa sobre este tema, es nula.

Desde Babestu Araba tenemos la sospecha de que su intención fue que no se hablara de lo que está pasando en las residencias y de la dejación de la Diputación para con las mismas.

En la página web de Diputación se venía informando de la situación, con respecto a la covid-19, de las residencias. Desde el 22 de junio no se ha vuelto a dar esa información. Información que conocemos, bien a través de familiares y/o allegados de usuarios y usuarias o a través de los medios de comunicación.

En varias residencias se están dando casos positivos por covid-19, en más de las que se ha publicado, pero esto no parece importarle al señor diputado. Sus prioridades son otras. Los datos que se le facilitan a la prensa son número de positivos, sin ningún análisis exhaustivo del porqué.

Tampoco parece importarle que haya residencias donde las actividades con los usuarios y usuarias son nulas, como en la residencia de Artziniega. Y a pesar de eso, prefieren tenerlos así a permitir salidas y visitas diarias.

Dictó una orden foral que permite que haya personas, porque algunas residencias así lo deciden, que solo pueden ser visitadas por sus familias, tres días a la semana. Deja en manos de las residencias que el mínimo sea el máximo. De nuevo prioriza los intereses de algunas gerencias, porque no son todas, frente a la calidad de vida física y emocional de las personas usuarias de residencias. A pesar de ser muchas las voces y los estudios que dicen que es inhumano.

Tampoco parece que le importe mucho al señor diputado que el funcionamiento de la atención primaria, los recortes está afectando mucho a los más vulnerables con patologías previas, como les gusta decir a los responsables de las instituciones.

En muchas residencias, a pesar de estar vacunados desde enero, siguen con las mismas restricciones y horarios que hace un año. Y a día de hoy, son muchas las familias que no han podido entrar en la habitación de su familiar, dándose situaciones como no conocer dónde está viviendo porque ingresaron en pandemia. Esto tampoco parece preocupar ni al señor diputado ni al señor alcalde.

Son muchas las dudas que nos invaden, y que nos preocupan enormemente. Desconocemos qué protocolos se siguen y se están siguiendo actualmente en las residencias. Lo que sí conocemos es que muchos usuarios de residencias siguen siendo «maltratados».

En algunas residencias el número de usuarios y usuarias contagiados nos hace pensar que la sectorización, las burbujas, las medidas preventivas, no están siendo las adecuadas. Nos basamos para decirlo en que las plantillas no se han reforzado sino, como en algunos casos, se han recortado. Un ejemplo es la vivienda comunitaria de Laguardia, pública, de gestión privada, donde en el turno de tarde, los catorce usuarios eran atendidos por dos auxiliares y hace tiempo que solo lo hace una auxiliar. ¿Alguien cree que una auxiliar puede atender en buenas condiciones a catorce personas y mantener todas las medidas de prevención necesarias? Ni física ni emocionalmente esas trabajadoras pueden dar un buen servicio.

Es llamativo lo publicado en la prensa, de nuevo es la prensa quien informa, con respecto a la residencia San Prudencio, pública, dependiente del Ayuntamiento de Gasteiz: cuarenta usuarios confinados por el positivo de dos trabajadoras. ¿Dos trabajadoras se relacionan con cuarenta residentes? ¿Las burbujas son de cuarenta personas? ¿Eso dicen los protocolos? Confinamiento de cuarenta personas en sus habitaciones. Tras las PCR negativas de los residentes, se confina a nueve por contacto directo con las personas positivas. ¿Por qué entonces se confinó a cuarenta, eran o no contactos directos? ¿Qué confinamiento se les va a imponer? ¿Por qué a las personas vacunadas, contacto directo de un positivo, no se les confina, sean personal sanitario o no, se les dice que pueden ir a trabajar y hacer vida normal y a los usuarios de residencias se les confina en la habitación?

Hay que recordar que la residencia San Prudencio en el mes de marzo realizó un confinamiento en las habitaciones argumentando que Salud Pública se lo dictaba, que tras una denuncia ante la Delegación Territorial de Salud de Araba quedó al descubierto que mentía. El señor alcalde, máximo responsable, miró para otro lado a pesar de que la Delegación Territorial de Salud de Araba dejó claro en su respuesta a la denuncia que no ordenó un confinamiento en las habitaciones.

Señor diputado, señor alcalde, ¿no les parece que son muchas preguntas sin respuesta?