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La falta de mano de obra europea pesa sobre la reactivación británica

La escasez de mano de obra procedente de la Unión Europea tras el Brexit, exacerbada por la pandemia del coronavirus, ha puesto en jaque a buena parte de las actividades económicas de Gran Bretaña, donde los supermercados comienzan a tener problemas para reponer algunos productos y muchos minoristas reducen su oferta ante la falta de suministros. Este escenario puede dar lugar a una subida de salarios que la patronal piensa repercutir en los precios.


Los puestos vacantes en el conjunto de la economía británica se dispararon hasta 953.000 en el segundo trimestre de este año, un 43,8% más que en el primero y el máximo nivel desde que la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) comenzó a elaborar esta serie histórica en 2001. Uno de los factores que explica esta falta de personal es que desde el pasado 1 de enero, cuando se materializó la salida de la Unión Europea, las empresas británicas no pueden contratar a ciudadanas y ciudadanos comunitarios sin un visado de trabajo o sin el estatus de persona «asentada» en el país.

El problema es especialmente agudo en algunos sectores como el de la industria cárnica, donde los europeos representaban más del 60% de los empleados en algunas plantas.

Las consecuencias de las nuevas trabas para contratar a trabajadores comunitarios pasaron un poco desapercibidas durante los primeros meses del año, cuando la economía británica funcionaba a medio gas por las restricciones debidas a la pandemia, pero se han hecho patentes al iniciarse la reactivación.

El Gobierno de Boris Johnson insiste en pedir a las empresas que rebajen su dependencia de los empleados europeos y contraten más trabajadores locales. Las compañías, sin embargo, advierten de la dificultad de captar a británicos para trabajar en ciertos sectores y de que, si se ven obligadas a subir los salarios, se incrementarán los precios para el consumidor.

Problema transversal

La falta de personal afecta a buena parte de los sectores económicos, incluidos los servicios. Además, empresas que no tienen vacantes en sus plantillas y esperaban reiniciar su actividad con cierta normalidad se han topado con un grave colapso del transporte y la logística que ralentiza las cadenas de suministro.

En la construcción hubo hasta 38.000 vacantes en el segundo trimestre, un 40,74% más que en entre diciembre de 2019 y febrero de 2020, el último trimestre antes de las restricciones por la pandemia de covid. En el sector manufacturero estaban sin cubrir 68.000 empleos (un 23,64% más); en hostelería y restauración, 117.000 (+30%); en información y comunicación, 54.000 (+25,58%); y en sanidad y servicios sociales 161.000 (+18,38%).

Al mismo tiempo, el desempleo total británico bajó del 4,8% al 4,7% entre abril y junio, mientras que la cifra de personas «inactivas» avanzó hasta el 21,1%, un 0,9% por encima de los niveles prepandemia.

La patronal de los transportistas por carretera (RHA) estima que se necesitan con urgencia 100.000 conductores adicionales y advierte de que el Brexit y la pandemia han provocado “la tormenta perfecta” en el sector.

Cerca de 25.000 conductores europeos que estaban trabajando en Gran Bretaña antes del coronavirus han regresado a sus países de origen, mientras que las restricciones por la pandemia han obligado a suspender durante el último año y medio cerca de 40.000 exámenes para nuevos transportistas locales.

Los efectos de esa situación han comenzado a hacerse especialmente palpables en el sector de la alimentación, en parte porque al mismo tiempo han comenzado a agotarse las reservas adicionales que muchos almacenaron antes del Brexit para tratar de evitar escenarios como este.

Como resultado, la escasez de productos en los supermercados se ha elevado «al peor nivel que se había visto nunca», según el director ejecutivo de Co-operative Group. Cadenas de comida rápida como Nando's han cerrado temporalmente parte de sus establecimientos y hasta las hamburgueserías McDonald's han anunciado que no servirán batidos ni refrescos embotellados hasta nuevo aviso.

Salarios y precios

En este escenario, «se están incrementando los salarios, ofreciendo bonus y nuevos programas de formación» pero, en última instancia, «el Gobierno va a tener que jugar su papel», indica a la agencia Efe Helen Dickinson, directora ejecutiva de la patronal de comercios minoristas (BRC), que exige, entre otras medidas, «visados temporales para transportistas europeos».

Algunas empresas han incrementado sus ofertas salariales entre un 15% y un 20%, según afirma una portavoz de la patronal del sector cárnico (BMPA), pero siguen sin captar a suficientes trabajadores. «Tradicionalmente ha sido bastante difícil que los británicos trabajen en esta industria. Probablemente se debe a una combinación de diversos factores. La gente no entiende bien qué es lo que hacemos y normalmente no buscan hacer carrera aquí. Quizás tienen una opinión negativa (del sector)», comenta.

Si la escasez de mano de obra persiste, el incremento de los salarios se trasladará a los precios que abonan los consumidores, añade esa portavoz. «Esto afecta a los productores, a la manufactura alimentaria y a toda la industria, no solo a la carne. Si todo el mundo paga más por sus empleados y por los transportes, se acabará trasladando al consumidor», mantiene la patronal.