El secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, defendió ayer las concentraciones de acoso frente a las clínicas que practican abortos porque considera que estas movilizaciones «han salvado vidas». Justificó así movilizaciones de acoso como las que movimientos ultracatólicos han venido realizando cada cierto tiempo en clínicas como Askabide, en Donostia.

En una rueda de prensa, el portavoz de los obispos españoles censuró que se considere «ultraconservador» oponerse al aborto y «superprogresista» defenderlo, y afirmó que se trata de «un drama» y que se debe ayudar a la mujer a «encontrar las mejores soluciones y darse cuenta de que puede haber otra salida».

Argüello dijo que le sorprende que la interrupción voluntaria del embarazo se considere un derecho «y no se considere un derecho la presencia en la calle para poder orar y ofrecer a estas personas otras posibilidades y ayudas». Preguntado por la posibilidad de que se castigue como delito el comportamiento de quienes acuden a las puertas acreditadas para el aborto, Argüello destacó que «estas personas solo quieren recordar la dignidad sagrada de la vida humana» y que hay alternativas al aborto.