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De huir de las bombas de EEUU a volver como policías del talibán

Hace 20 años EEUU iniciaba una campaña de bombardeos que obligó a retirarse del poder y a huir a los talibanes. Dos decenios después, los mismos «barbudos» y sus sucesores patrullan como policías en las calles de Kabul y en el conjunto de Afganistán. Pero la paradoja no termina ahí. Los mismos que hasta ayer perpetraban atentados los sufren ahora de manos del ISIS. Y no pocos echan de menos, en la rutina policial diaria, el «espíritu de la guerra santa».


La aviación estadounidense lanzó el 7 de octubre de 2001 los primeros bombardeos en Afganistán en venganza por los ataques del 11-S y la complicidad-hospitalidad del emirato islámico talibán con Al Qaeda, responsable de la mayor agresión sufrida por EEUU en su suelo desde su fundación.

20 años después, los mismos talibanes –y sus herederos– patrullan la capital, y todo el país, y ejercen labores de policía con sus puestos de control y en busca de «asesinos, ladrones y los que beben vino», relata Rahimullah (28 años), joven pero a la vez veterano miliciano tras combatir durante los últimos 13 años con la guerrilla de los «estudiantes del Corán».

La «policía talibán» cuenta con 4.000 hombres (no es un término genérico) en la capital y su portavoz,Afez Sirajuddin Omeri, al volante de un viejo Corolla en cuya radio se oyen cánticos religiosos, asegura ufano que los delitos han pasado de «300 o 400 diarios a unos 15». Imposible de verificar.

Lo cierto es que los mensajes de los talibanes son inequívocos, como los cuatro secuestradores colgados hasta la muerte en Herat (ciudad del este del país) o los ladrones exhibidos y tiznados de negro en Kabul con la amenaza de ser amputados.

Los talibanes están inmersos en esa transición y su labor ahora es sobre todo policial. Rahimullah, de la provincia de Wardak, oeste de Kabul, y que se enroló «por el islam y mi país», asegura que no siente peligro.

Atentados

No opinan así las quince personas heridas ayer en un atentado en una mezquita la provincia afgana de Jost, que dejó un saldo de un muerto. El suceso tuvo lugar horas después de la muerte de al menos dos talibán en un ataque en el este del país, feudo del Estado Islámico de Jorasán (ISIS)

El ISIS reivindicó la autoría del atentado perpetrado el domingo contra una mezquita de Kabul cerca del lugar donde se celebraba el funeral de la madre del portavoz talibán y viceministro de Información y Cultura, Zabihulah Muyahid, que se saldó con al menos dos muertos.

Pasar de perpetrar atentados a sufrirlos y de atacar a policías para convertirse en policías genera contradicciones. Yahya Mansoor, 25 años, reconoce, mientras prepara un control policial, que «no echo de menos los combates, pero sí el espíritu de la guerra santa».

Rusia sigue moviendo sus piezas en el escenario afgano

Rusia ha confirmado que han enviado una invitación a representantes de los talibán a la cumbre que tendrá lugar el 20 de octubre en Moscú para abordar la situación en Afganistán desde que el grupo rigorista se hizo con el control del país el pasado 15 de agosto.

La confirmación ha sido formulada por el enviado especial de la Presidencia rusa para Afganistán, Zamir Kabulov, quien no ha dado detalles sobre quién integrará la delegación talibán, según ha informado la agencia rusa de noticias Sputnik.

China, Irán, Pakistán e India, que conforman con Rusia el «Formatoo moscovita sobre Afganistán», han sido invitado a esa cumbre internacional, que tendrá lugar días después de la cumbre extraordinaria del G20 el 12 de octubre para analizar la crisis humanitari en el país centroasiático.

Rusia, enemiga histórica de los talibanes, no dudó en acercarse a ellos en su lucha contra EEUU y mantiene una actitud contemporizadora tras su vuelta al poder. D.L.