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BALONCESTO - EUROLIGA

La primera mitad basta para ganar

Saski Baskonia rompió su mal fario en Berlín, peropasó de ganar 29-56 a pedir la hora. Granger yFontecchio evitaron males mayores a última hora.


ALBA BERLÍN 76

SASKI BASKONIA 80


Una de las cosas más fascinantes del baloncesto es que un equipo puede pasar de lo sublime a lo ridículo en el mismo partido, y viceversa. Afortunadamente para Saski Baskonia su espectacular primera mitad, en especial el segundo cuarto, que terminó con un parcial de 14-31, le fue suficiente para batir al Alba Berlín, por primera vez desde diciembre de 2008. Ahora bien, el partido del Mercedes Benz Arena pasó del 29-56 del inicio del tercer cuarto al 76-80 final.

¿Cómo es posible? Todo apunta que los gasteiztarras se relajaron, después de pasar por encima del conjunto alemán en los 20 primeros minutos. Los pupilos de Ivanovic dominaron el partido a su antojo, con Wade Baldwin, abucheado por los 3.154 espectadores presentes en las gradas, dominó el ritmo del partido como le dio la gana, y jugadores como Fontecchio y Marinkovic martillearon desde todas las posiciones.

Además, la defensa del Baskonia, pese a cargarse de faltas, obturó del todo el ataque teutón, al punto que los de Israel González erraron hasta ocho tiros libres, estadísticas que tal vez hoy lamenten, pero que en la primera mitad daban igual.

Y es que el segundo cuarto, sin duda el mejor del Baskonia en lo que lleva de campaña, dejó el duelo finiquitado: 29-52, que se convirtió en 29-56 en el arranque del tercer parcial.

Granger salva del desastre

Con 27 puntos de ventaja, Saski Baskonia se relajó. Eso no le gustó a Dusko Ivanovic, pero él tampoco paró el partido cuando los berlineses, después de fallar todo lo fallable, empezaron a jugar a la desesperada y sus tiros comenzaron a entrar.

De hecho, la remontada alemana no se empezó a concebir hasta el último cuarto, con 47-62 en el marcador. Tamir Blatt –hijo del exseleccionador ruso– entró en el partido más enchufado que nadie y, con dos triples y varias asistencias, metió a los suyos en el partido, sobre todo involucrando a Luke Sikma y Oscar Da Silva.

Tanto es así que la renta baskonista cayó por debajo de la decena y el pánico empezó a cundir en el seno gasteiztarra. Por fortuna, un par de triples de Jayson Granger, más el talento de Fontecchio y varios detalles de Matt Costello, evitaron que el «amargo triunfo» de anoche deviniera en «amarga derrota».

La cara y la cruz del Baskonia se vieron en el mismo partido. Por suerte, lo bueno de la primera mitad bastó para ganar.