GARA Euskal Herriko egunkaria
AZKEN PUNTUA

Agua


El informe anual de la Organización Meteorológica Mundial afirma que estos siete últimos años son probablemente los más calientes que se han registrado nunca. Eso en lo medioambiental, porque en lo político la cosa está que arde con la extrema derecha prendiendo hogueras en media Europa. La última, un golpe de Estado que un conocido conspiracionista francés habría orquestado contra la República, con el Elíseo y el Parlamento como objetivos y con el sostén de varios altos cargos militares retirados. La cosa no ha ido a más y es posible incluso que el Gobierno de Macron haya inflado el peligro para, a pocos meses de las presidenciales, ganar electorado victimizando. Pero aunque así fuera, el panorama político a este lado de Europa y concretamente en Francia es desolador: si la extrema derecha no estuviera tan dividida como la izquierda, podría llegar al poder en la próximas elecciones a la presidencia. Y esa posibilidad, aunque nos deje helados, no influye para nada en ese aumento de temperatura que caracteriza el cambio climático que nos amenaza. Quizá sea al revés, que tanta sequía nos esté amojamando el cerebro. En cualquier caso, la cosa está que arde. Salvo en el oasis vasco, donde en su próximo sermón presupuestario, Urkullu volverá a pedir agua. Y, al final, lloverá. Y Escocia, sólo como destino turístico.