Joseba ITURRIA
Interview
MIKEL ALONSO
CICLISTA DEL EUSKALTEL EUSKADI

«Estaba cansado de sufrir tanto y no disfrutaba de la competición»

El sprinter de Urnieta explica las razones que le han llevado a abandonar el ciclismo profesional a los 25 años por unos problemas físicos que le han impedido dar su mejor nivel en las últimas temporadas. Se va agradecido a su familia, a la Fundación Euskadi y a su director Jorge Azanza, con los que ha vivido toda su progresión como ciclista desde juveniles hasta la segunda categoría del profesionalismo.

Mikel Alonso hace balance de su carrera con la pena de no haber podido rendir como le gustaría por las lesiones y la alegría de completar su progresión en la Fundación, con la que dio el salto al campo amateur en 2015, a la categoría continental en 2018 y al UCI Pro Team en 2020 para despedirse con el maillot del Euskaltel que soñó vestir.

¿Cómo has tomado la decisión de dejar el ciclismo?

Ya llevaba los últimos tres años con problemas. No he podido competir tres meses seguidos. Siempre he estado lesionado. Llevaba un año entero con molestias en el glúteo izquierdo. Se me queda medio dormido. Me decían que era un tema muscular. Entre medias me rompí el escafoides y a la vuelta encadené muchos entrenamientos y llegó un momento en el que el dolor muscular no lo podía resistir. Así decidí dejar el ciclismo porque llevaba unos años arrastrando el problema y no podía solucionarlo. Ahora que lo he dejado, estoy tratándolo y poco a poco voy mejorando.

¿No has contemplado parar para ver si remite el problema e intentarlo el año próximo?

Cuando me rompí el escafoides estuve mes y medio sin tocar la bicicleta y al volver seguía el problema. Llevo tres meses sin andar y noto las molestias. No veía viable seguir porque psicológicamente estaba cansado de sufrir tanto y tampoco disfrutaba de la competición. Es la lesión y la motivación, un poco de todo. Al final, cada vez se está profesionalizando más el ciclismo. Antes tenías que hacer bien las cosas, pero ahora cualquier mínimo detalle marca la diferencia porque todo el mundo se cuida a tope. Tienes que estar muy enchufado, pendiente de un montón de detalles. Y si ya con dos piernas cuesta, con una veía que no podía seguir.

Has sido un corredor que siempre has tenido la confianza de Jorge Azanza como director...

Desde que era juvenil empecé con Jorge. Hemos estado siete-ocho años juntos y me he sentido siempre como en casa en este equipo. Por esa parte estoy muy contento. Desde pequeño he soñado con correr en el Euskaltel y no puedo pedir más. Se me queda la espinita de no haber hecho más. Lo he intentado, pero con la salud y con la pierna como la tengo no podía seguir.

A pesar de los problemas con las lesiones has conseguido bastantes puestos en profesionales en el Top 10, tres este año.

Cuando pasé a profesionales en los dos primeros años fui séptimo en Getxo, en Portugal hice tercero, cuarto y sexto, pero los últimos tres han sido un calvario. Las veces que me he caído o me he roto un hueso o tenía dolores que me impedían hacer mi trabajo. En profesionales es importante tener continuidad. Por mucho que te entrenes, el nivel se consigue en las carreras. Si no corres no tienes el ritmo de competición que te lo dan las pruebas de más nivel. No he corrido mucho, he estado demasiado tiempo lesionado y, una vez que me recuperaba, no te meten en las carreras del máximo nivel lógicamente porque no lo tienes. Las lesiones me han impedido tener continuidad para poder dar lo que se esperaba de mí.

¿Cuál es la actuación con la que te quedas más satisfecho?

Este año en Valencia fui séptimo después de ayudar a Aristi, pero me quedo con el séptimo puesto de Getxo de 2019 porque estaban mis padres. En amateur iban a todas las carreras, pero en profesionales no podían ir a Francia o Portugal. En Getxo ser séptimo delante de mis padres y mis amigos fue bonito. También subir al podio en Ordizia como ganador de las metas volantes delante de mi cuadrilla en una edición en la que estuve escapado, aunque no es una prueba en la que pueda conseguir resultados porque hay que subir. También este año en Cerdeña entré séptimo detrás de Viviani y Ackermann y me quedé contento.

Y de llegar a profesionales, porque no es fácil para un sprinter vasco destacar en el campo amateur en pruebas con puertos...

Antes de pasar a profesionales pesaba cinco kilos menos. Tenía claro que aquí en amateur había que subir para ganar carreras. Una vez subí a profesionales, como tenía una buena punta de velocidad, hablé con el equipo y decidimos coger unos kilos e intentar ser sprinter. Al final he tenido la suerte de que las carreras que me metían eran para gente más rodadora o sprinters y he disfrutado de esa faceta que muchos vascos se quedan a las puertas por no lograr resultados en amateur que en profesionales igual sí conseguirían.

A nivel de experiencias ¿con qué carrera o corredores que has conocido te quedas?

He podido visitar países como Argentina, que vine muy contento de la experiencia vivida en un país latinoamericano. Nunca he tenido a ningún ciclista como referente, no he intentado copiar a nadie y por eso no me ha impactado correr, por ejemplo, con Valverde o con otros corredores que son muy buenos. Siempre me he quedado con estar a gusto en el día a día con la gente cercana. Me quedo con los amigos que he hecho en el equipo, con corredores y directores. Desde cadetes he coincidido con Ibai Azurmendi y Gotzon Martín y estar con ellos en el equipo amateur y progresar juntos hasta profesionales ha sido muy bonito de la mano de Jorge Azanza.

Vivisteis los momentos difíciles y la progresión hasta la élite...

Porque parecía que iba a desaparecer el equipo amateur de la Fundación y al final de año entre Madariaga y Mikel Landa llegaron a un acuerdo. Por suerte para nosotros y para toda la cantera vasca sacaron el equipo continental y he tenido la fortuna de ser uno de los primeros que entró en el equipo y de progresar estos años hasta la categoría continental profesional. Estoy agradecido a la Fundación por contar conmigo y por darme la oportunidad de seguir como ciclista. Tengo la pena de que las lesiones me han lastrado y no he podido llegar un poco más lejos, pero siempre les estaré muy agradecido.

También quiero dar las gracias a mi familia, a mis padres y a mi hermano, que me han ayudado siempre. Si he sido profesional ha sido gracias a ellos, que han estado muy pendientes de mí y han hecho un montón de cosas para ayudarme.

¿Puedes andar en bicicleta como cicloturista con la lesión?

Cuando empecé a tratarme de la lesión me dijeron que no anduviera en bicicleta y todavía no me han dejado. De chaval me ha encantado el ciclismo, siempre he sido ciclista, y tengo unas ganas terribles de dar una vuelta.

¿Qué planes tienes para el futuro en el plano laboral?

He vuelto a estudiar. Empecé con Ingeniería porque aprobé año y medio limpio antes de pasar a profesionales, pero no arrancaba y me he pasado a un Grado Superior de Robótica y Automatización Industrial. Después de los dos años del Grado igual lo intento de nuevo y, si no, buscaré trabajo como cualquier persona normal. No descarto en un futuro volver a tener relación con el ciclismo, pero al pasar página es mejor centrar la cabeza en otras cosas por el momento. Tengo claro que debo acabar los estudios y ahora estoy motivado para sacarme el Grado con las mejores notas y conocimientos. Luego intentaré trabajar y el tiempo dirá si volveré al ciclismo o no.