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BAGDAD

El primer ministro iraquí sale ileso de un ataque con drones en Bagdad

El primer ministro iraquí, Mustafa Al-Kazemi, salió ileso de un ataque de drones con explosivos en su propia residencia en la ultraprotegida Zona Verde de Bagdad. El ataque remata una semana de tensión y violencia por las protestas de las milicias proiraníes que rechazan el resultado electoral mientras Al Kazemi intenta negociar alianzas.

El primer ministro iraquí, Mustafa Al-Kazemi, escapó ileso en la noche del sábado de un atentado mediante un dron que tuvo como objetivo su residencia en Bagdad, una nueva escalada de la crisis que atraviesa Irak.

El presidente iraquí, Barham Saleh, denunció un «intento de derrocar el orden constitucional» en el primer ataque en el país que tiene como objetivo la residencia de Kazemi, en el poder desde mayo de 2020.

Fuentes de seguridad informaron de que se lanzaron tres drones cargados con explosivos desde un área ubicada a poco más de un kilómetro de la residencia, de los que dos fueron derribados por la escolta de Al-Kazemi y el tercero pudo detonar su carga. Dos de los guardaespaldas del primer ministro resultaron heridos.

El primer ministro pidió «calma y moderación» tras lo que su servicio de seguridad calificó como un «intento fallido de asesinato».

La Zona Verde es un perímetro ultraprotegido que alberga la embajada de Estados Unidos y los edificios gubernamentales. Los ataques contra este sector son recurrentes y a menudo han tenido como objetivo la Embajada estadounidense. Los realizados con drones han ido en aumento en los últimos meses, especialmente contra los intereses estadounidenses en Irak.

En plena crisis postelectoral

El atentado se produce casi un mes después de las elecciones legislativas del 10 de octubre, en las que la Alianza de la Conquista, el escaparate político de Hashd Al-Shaabi (Fuerzas de Movilización Popular), una influyente coalición de proiraní, perdió muchos escaños. Esta formación denuncia un fraude electoral del que acusan a Kazemi de ser cómplice. El ataque remata semanas de tensión y violencia vinculada a las elecciones. Para mostrar su rechazo al resultado, los partidarios de Hashd al-Shaabi están llevando a cabo movilizaciones y sentadas ante las entradas a la Zona Verde en las que el pasado viernes cientos de ellos se enfrentaron a las fuerzas de seguridad.

La formación chií indicó que dos personas murieron y 125 resultaron heridas, y responsabilizó directamente al primer ministro.

Sin embargo, las milicias proiraníes se desvincularon por completo del atentado contra Al-Kazemi. Qais Al-Jazali, líder de Assaib Ahl Al-Haq, uno de los principales grupos de Hashd Al-Shaabi, exigió que los autores del ataque sean «llevados ante la justicia» pero puso en duda que el primer ministro fuera el objetivo.

Las elecciones estuvieron marcadas por el malestar popular y el bajo nivel de participación, así como por los intentos de las élites políticas y económicas por afianzarse en el poder.

El resultado más destacado fue la pérdida de escaños de partidos iraquíes alineados con Irán, como Alianza Al Fatah, cuyo líder, Hadi Al-Amiri, describió directamente los resultados como un «invento».

Este bloque perdió casi dos tercios de los asientos y pasó de ser la segunda formación más votada en 2018 a formar parte de los colistas.

Por contra, dieron como vencedor al influyente clérigo chií Muqtada al Sadr, enemistado con las milicias y las figuras próximas a Irán. Desde entonces, Al-Kazemi intenta negociar con las fuerzas más votadas y conservar así su cargo entre las presiones de los grupos proiraníes que siguen siendo una fuerza política influyente gracias al juego de alianzas.

Las milicias chiíes dudan del objetivo

Las formaciones proiraníes de Irak se desmarcaron del atentado y pusieron en duda su veracidad. «Ninguna persona en Irak tiene ni siquiera las ganas de perder un dron en la casa del primer ministro», ironizó el portavoz de Kataib Hizbulah, Abu Ali Al-Askary, y acusó a Al-Kazemi de hacerse la víctima. El jefe de la milicia Asaib Ahl Al-Haq, Qais al-Jazaali, cuestionó si el verdadero objetivo era el primer ministro o el dron iba dirigido contra otro objetivo con el fin de «confundir, un día después de un crimen claro de matar a los manifestantes», en referencia a los enfrentamientos del viernes. El portavoz de la misma milicia, Mahmod Rubaeay, afirmó directamente que el ataque fue un montaje «para cubrir los crímenes» del viernes y «distraer a la opinión pública». Al-Jazaali prometió ese día vengar a los muertos en el «cuello de Al-Kazemi», a la vez que aseguró que actores relacionados con los servicios de inteligencia planeaban bombardear la Zona Verde para culpar a los que critican el resultado electoral.GARA