EIBAR 2

ALCORCÓN 1

Aplaudió Ipurua a su equipo pero fue el resultado el único motivo de festejo en una tarde tan triste como el gris que encapotaba el cielo. El Eibar se reencontró con la victoria, sexta consecutiva en Ipurua, que le mantiene en la segunda plaza, en un partido pobre en el que el Alcorcón, colista de Segunda, fue mejor durante varios tramos y en el que los locales tiraron de pegada para derrotar a un rival que marcó tres goles en los cinco últimos minutos del primer tiempo aunque sólo uno subió al marcador.

Y vaya si había empezado bien la tarde. El Eibar –con Tejero por Correa y Sielva por el sancionado Javi Muñoz– encontró pronto el camino a la portería por las bandas. Corpas rompió primero por la derecha, provocando el primer córner del partido, y Toño le tomó el relevo después por la izquierda, provocando la falta de la que llegó el primer gol. Una bonita acción en la que intervinieron Expósito abriendo, Tejero centrando y Corpas dejando pasar para que Stoichkov cruzara el 1-0 y, tras cinco jornadas, se reecontrara con el gol ante su exquipo. En el 19, a la contra y tras el primer acercamiento de su rival, Expósito cruzó una asistencia de Corpas para firmar el 2-0.

Con el Alcorcón perdido en el campo y hundido en la clasificación, olía a goleada y casi ni importó que a Leschuk se le escaparan dos ocasiones. Después sí lo hizo porque el partido cambió por completo. El Alcorcón dio un paso adelate y al Eibar le faltó contundencia para evitar que convirtiera su reacción en ocasiones... y goles. En el 40, el árbitro anuló el gol de Marc Gual por considerar que Zarfino, en fuera de juego, intervino en la acción. Los armeros no captaron el mensaje y en sólo dos minutos volvió a rozarlo Lucho y acertar Zarfino. Fue en un saque de banda que, entre el desconcierto de la zaga local, Aguilera remató al palo para que el rechace le llegara a Zarfino y, más atento que Burgos y Tejero, anotara el 2-1. Pudo ser aún peor porque en el 45, Marc Gual anotó un golazo que tampoco subió al marcador. De nuevo por fuera de juego de dos compañeros. Acertaría De la Fuente Ramos pero el enfado de los madrileños pareció tan o más comprensible que sus decisiones.

Tampoco esta vez debió ser la señal de alarma lo suficientemente ruidosa porque el Eibar no volvió mucho mejor de vestuarios. Sergio retrasó su posición para acompañar a los centrales y al Alcorcón le costó más generar ocasiones claras de peligro. Pero tampoco fue capaz de hacerlo el equipo guipuzcoano –apenas tres contras que acabaron con los disparos de Stoichkov y Expósito desde la frotal y un chut a bocajarro de Corpas–, al que además se veía más incómodo que a su rival. Sobre todo en la recta final, cuando los visitantes echaron el resto en busca del empate y el Eibar se desesperó viendo cómo le costaba llegar al noventa.