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Putin advierte a Minsk contra el corte de gas

Rusia se desmarcó ayer de las amenazas del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, de cortar el tránsito de gas ruso a Europa por la crisis migratoria en la frontera bielorruso-polaca, donde se registró una nueva muerte, aunque mantiene su apoyo a Minsk en su pulso con la Unión Europea. Vladimir Putin negó que esté ayudando a orquestar esa crisis a las puertas de Europa e insistió en que las nuevas sanciones contra Bielorrusia serán «aprobadas y aplicadas».

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió a su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko, contra un eventual cierre del gasoducto que transporta gas ruso a Europa, pero le dio todo su respaldo en la crisis migratoria en la frontera con Polonia.

El cierre del tránsito del gas «supondría un gran daño al sector energético de Europa y no ayudaría al desarrollo de nuestras relaciones con Bielorrusia», dijo en una entrevista difundida por la televisión estatal rusa.

Lukashenko amenazó el jueves con cerrar el paso de gas por el gasoducto Yamal-Europa si Bruselas adopta «sanciones inaceptables» contra su régimen.

Putin dijo haber conversado últimamente dos veces con el líder bielorruso y que este «no mencionó ni dio a entender» que barajaba tal posibilidad. «Hablaré con él sobre este tema si sus palabras no fueron producto de un arrebato», añadió.

En todo caso, señaló que como presidente de un país de tránsito puede ordenar el corte de suministro de gas ruso hacia Europa. «Pero ello sería una violación del contrato de tránsito y confío en que no ocurrirá», recalcó, aunque recordó que ya lo hizo Ucrania en 2008.

Sobre la situación de los refugiados que se encuentran en la frontera bielorruso-polaca y que ha agravado las tensiones entre Minsk y Bruselas, Putin dijo que Rusia, a la que Polonia, la Unión Europea y otros países acusan de haber orquestado con Bielorrusia el envío de migrantes a la frontera, «no tiene nada que ver». «No hay que olvidar cómo surgieron las crisis con los migrantes. (…) Se trata de causas que crearon los propios países de Occidente», indicó, y citó las operaciones militares occidentales en Irak y Siria.

Para resolver la crisis, Putin instó de nuevo a los líderes europeos a hablar con Lukashenko, como, según él, estaba dispuesta a hacer la canciller alemana, Angela Merkel.

Según Bielorrusia, cerca de 2.000 personas –entre ellas mujeres y niños– permanecen en la zona fronteriza. Polonia eleva la cifra a entre 3.000 y 4.000 y afirma que cada día llegan más.

Los migrantes, kurdos en su mayoría, están atrapados en la frontera bajo temperaturas gélidas, a las que hacen frente en tiendas de campaña y quemando leña. Mientras su situación es cada vez más preocupante, Polonia no les permite cruzar.

Las autoridades bielorrusas señalaron que están entregando tiendas y calentadores a las personas bloqueadas, lo que podría convertir en semipermanente su presencia en la frontera de la UE.

La Policía polaca informó ayer del hallazgo del cuerpo sin vida de un joven sirio en el bosque cerca de la frontera. «Las causas de la muerte no han podido ser determinadas en el lugar mismo», indicó.

Esta muerte elevaría a once el número de víctimas mortales de esta crisis migratoria, según estimaciones de ONE.

La UE acusa a Bielorrusia de organizar estos movimientos de refugiados, entregando visados e incluso fletando vuelos, con el fin de intentar crear una crisis migratoria en Europa, en respuesta a las sanciones internacionales contra Minsk.

De hecho, la semana que viene, el bloque europeo prevé ampliar las sanciones por «trata de personas». El vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, aseguró ayer que las sanciones, entre las que citó a la compañía aérea estatal Belavia, serían «aprobadas y aplicadas».