Saif al-Islam, hijo del depuesto y linchado presidente libio Muamar Gadafi, presentó ayer su candi- datura a los comicios presidenciales previstos el 24 de diciembre, mientras sigue reclamado por la Corte Penal Internacional por «crímenes contra la humanidad». Saif al-Islam, de 49 años llevaba varios en paradero desconocido.

A finales de julio no descartó regresar a la vida política de su país.

En junio de 2011, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de detención contra Saif al Islam por «crímenes contra la humanidad» cometidos durante la represión de la revuelta en Libia.

Fue detenido ese año por un grupo armado en Zenten y condenado a muerte cuatro años después por las autoridades judiciales de Trípoli. Pero el grupo se negó a entregarlo hasta 2017, nunca confirmó su liberación y se perdió su rastro. La CPI dijo haberlo localizado en Zenten a finales de 2019.

«La situación de Saif al Islam Gadafi en la CPI no ha cambiado. Según la notificación publicada en 2011, lo siguen buscando», dijo Fadi Abdallah, un portavoz de la Corte.

Las elecciones serán la culminación de un laborioso proceso político auspiciado por la ONU y se espera que pongan fin a una década de caos desde la caída de Muamar Gadafi en 2011. También se espera que permitan afrontar un proceso de paz y pongan punto final a los combates fratricidas en el país, que tiene las reservas de petróleo más grandes de África.

Pero las elecciones siguen siendo inciertas, con un aumento de las tensiones entre los bandos rivales. Tras la confirmación de esta candidatura, quedan interrogantes en torno a las del mariscal Jalifa Haftar y de Abdelhamid Dbeibah, primer ministro del Gobierno de Unidad.