El nuevo formato de la Copa impulsado en los últimos años permite a equipos modestos soñar con hazañas ante rivales de renombre. El fútbol levanta pasiones en todos los lares y en pequeñas localidades como Berbintzana y Hernani aspiran a inscribir su nombre en esas historias de película, aunque sea solo por un día. El CD Injerto y el CD Hernani afrontan este miércoles por la tarde una eliminatoria de Copa que ha despertado una ilusión tremenda en todo su entorno. Si consiguen pasar de ronda, recibirán a un equipo de Primera jugando como locales y a partido único.

Berbintzana es un pueblo pequeño de unos 700 habitantes ubicado en la comarca de Tafalla, en la merindad de Olite. El CD Injerto es el equipo del pueblo, y nunca mejor dicho. Fundado en 1933-34, el nombre proviene del sustento principal de la localidad en aquella época: el injerto de vid en la uva. Asimismo, de los 21 jugadores que componen la plantilla 18 tienen relación con Berbintzana. Es decir, aunque no sean nacidos o residan allí, mantienen vínculos familiares o a través de sus parejas. Como explica con entusiasmo el presidente Manuel Chocarro, todo aquel futbolista del pueblo que quiera jugar tiene cabida en el equipo, «tenga la calidad que tenga». Y tan solo buscan fuera si faltan jugadores por nacimientos o hornadas. Esa es la filosofía de un conjunto que compite en la División de Honor de Nafarroa, categoría regional, y nunca ha estado ni siquiera en Tercera.

Chocarro añade que apenas disponen de recursos económicos y que el club se limita a abonar la ficha y a pagar «bien de cenas». El presidente del CD Injerto admite que está emocionado por el partido ante el Utrillas. El equipo se desplazó el día anterior a la localidad oscense y descansará en un hotel. Todos los jugadores han conseguido arreglarse en sus respectivos quehaceres para poder estar en una cita tan trascendental y desde Berbintzana han organizado un autobús con aficionados, además de las personas que se trasladarán en su vehículo particular al estar a menos de 300 kilómetros.

Dirigidos por Kike Jurío -exjugador de Osasuna Promesas, ademas de otros equipos de Segunda B-, en el CD Injerto están advertidos de que el Utrillas oscense se lo va a poner complicado. Sin embargo, encaran el choque con la confianza que otorga el haberse proclamado campeones de la Copa IMQ que organiza la Federación navarra en el arranque de esta temporada.

Premio al esfuerzo

El CD Hernani logró el billete para disputar esta ronda previa al ganar en junio el triangular ante Zamudio y Aurrera de Vitoria organizado por la Federación Vasca en Igorre entre tres equipos que se quedaron a las puertas del ascenso a Tercera RFEF. El actual entrenador, Igor San Miguel, ensalza el trabajo completado por su predecesor en el cargo, Unai Munduate, y la plantilla anterior. Y es que, según detalla, la mitad de los jugadores que hay en el equipo esta temporada han llegado este verano al igual que él.

San Miguel dirigió al equipo femenino de la Real durante dos temporadas y también al Oiartzun para entrenar también al Lagun Onak de Azpeitia. Vecino de Astigarraga, trabaja como comercial de vinos, y admite que cuando trata con los clientes en Hernani le preguntan y le muestran su ilusión por la eliminatoria contra el Victoria coruñés. En la localidad guipuzcoana tratan de contar con jugadores locales en el primer equipo, aunque también hay futbolistas de los alrededores y un gasteiztarra que estudia en Donostia. La plantilla es muy joven, la mayoría son menores de 25 años. No perciben ningún sueldo y han tenido que pedir libranzas en sus ocupaciones para poder jugar este partido. San Miguel aboga porque sus jugadores disfruten de esta experiencia al desplazarse a Galicia. Pasar la ronda sería un hito deportivo para un club que en los noventa compitió en Segunda B durante dos campañas consecutivas.