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EDITORIALA

Que cada quien asuma sus responsabilidades


El espejismo ha llegado a su fin: la pandemia sigue entre nosotros. Pensar que vuelve con la virulencia de olas pasadas, sin embargo, también parece pecar de ingenuidad; al menos mientras no irrumpa una nueva variante. Puede que las vacunas no sean suficientes para frenar la circulación, pero han cambiado radicalmente las reglas del juego. La reaparición de la gripe y de otros virus respiratorios, señalan los científicos, es síntoma de ello, junto a la evidencia de las cifras hospitalarias: solo uno de cada diez adultos no está vacunado, pero suponen seis de cada diez ingresos en la UCI; el resto son personas de edad avanzada, a menudo con otras complicaciones.

Con todo, conviene asumir que, como señaló ayer el Instituto de Salud Pública y Laboral de Nafarroa, mientras haya circulación del SARS-CoV-2, harán falta medidas preventivas junto a la vacunación. Es en este punto en el que debiera centrarse la acción gubernamental, dada la incertidumbre reinante. No hace falta llegar al punto de tener que aplicar medidas extraordinarias para explicarlas. La ciudadanía sabría a qué atenerse. El martes parecía que Lakua, por primera vez, iba a actuar a tiempo, pero todo se frustró al dejar la decisión en manos de unos municipios que, por lo visto, sobran cuando toca decidir grandes infraestructuras, pero vienen muy bien cuando se trata de escurrir el bulto y delegar medidas poco populares.

En vez de tomar decisiones allí donde le corresponde, el PNV ha optado además por embarrar el debate poniendo el foco en la manifestación convocada por EH Bildu en Bilbo. Por interés partidista en este caso, siguen poniendo el foco en eventos al aire libre donde es posible mantener las distancias, e ignorando lo que la ciencia ha enseñado sobre recintos cerrados. Tienen las herramientas –públicas en gran medida– para centrar el debate de los próximos días en este punto, pero difícilmente engañarán a nadie queriendo cargar sobre espaldas ajenas, en busca de un triste rédito partidista, lo que no es sino omisión de su responsabilidad como partido de Gobierno.