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ESTRENO EN CARTELERA

«Aita Mari»: La coherencia de una accidentada travesía humanitaria

Las carteleras de Euskal Herria acogen el estreno del largometraje documental «Aita Mari». Dirigido por el donostiarra Javi Julio, recorre los dos años de singladura accidentada vivida a bordo del atunero vasco que fue reconvertido en barco de salvamento marítimo.


Las primeras líneas del libro de a bordo de esta odisea marina cargada de dolor y esperanza datan de finales de 2017, cuando los integrantes de una ONG de Zarautz, Salvamento Marítimo Humanitario, regresaron a puerto finalizadas varias misiones conjuntas realizadas a bordo de un barco compartido.

Tras esta experiencia, apostaron por hacerse nuevamente a la mar pero en un barco propio y en su búsqueda toparon en Getaria con atunero destinado al desguace y que, cuatro años más tarde, retornaría a la mar con un nuevo propósito, rescatar toda vida humana perdida y abandonada en mitad del Mediterráneo. De todo ello fue testigo el fotoperiodista y documentalista Javi Julio, el cual plasmó a través de su objetivo esta singladura que ahora viaja hasta nuestras pantallas bajo el título “Aita Mari”. Tras su paso por certámenes como el Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia y en la XVI Muestra de Cine, El Mundo y los Derechos Humano que tuvo lugar en Iruñea, “Aita Mari” prolonga ahora su ruta comercial en nuestras salas de cine.

Sobre las sensaciones que está viviendo estos días, Javi Julio señala a GARA: «me siento muy afortunado de que la película pueda verse en las salas de cine. Me hace mucha ilusión y es algo que jamás hubiera imaginado».

Sobre cómo se embarcó en esta ruta, el director donostiarra recordó que «todo comenzó en marzo de 2018 cuando uno de los miembros de la ONG SMH –Iñigo Gutiérrez– me contó que tenían la intención de rehabilitar un pesquero para empezar su propias misiones de rescate. Supe de inmediato que en esta iniciativa había una historia que merecía ser contada. Mi profesión me ha llevado a realizar diversos proyectos a miles de kilómetros de Donostia y ahora había topado con una que me tocaba muy de cerca».

De esta manera, un atunero condenado al desguace, el “Stella Mari Berria”, pasó a convertirse en un barco destinado al rescate marítimo llamado “Aita Mari”.

En este punto, Julio añadió que «la historia que quería contar lo tenía todo, incluso ese homenaje al legendario pescador zumaiarra José María Zubia, “Aita Mari”, que en 1866 fue arrastrado por la mar cuando se desató un gran temporal en la bahía de la Concha y mientras realizaba labores de rescate de náufragos».

 

Trabas legales

Curtido en labores de fotoperiodismo, Javi Julio ha realizado documentales como “Invierno en el Donbass”, donde relata el sufrimiento de la población civil durante la guerra en el Este de Ucrania, el cortometraje documental “Zaatari Taekwondo School” sobre una pequeña escuela de taekwondo en el campamento de ¡ refugiados de Zaatari, en Jordania; “Just Wait” –Premio al Mejor Documental del Festival Internacional de Cortometrajes Enkarzine–, donde narra las condiciones de vida de los refugiados tras el pacto entre la Unión Europea y Turquía, así como el trabajo de las ONG vascas en la isla de Quíos, en Grecia.

También ha codirigido junto con Santi Donaire el largometraje documental “113”, sobre la lucha de un grupo de familiares de personas asesinadas por la dictadura franquista y en 2018, estrenó el cortometraje documental “Room 601 of City Plaza”, la historia de varios refugiados afganos durante su estancia en el Hotel City Plaza de Atenas.

A la hora de abordar este nuevo proyecto, su autor tuvo claro que «debía hacerse desde su inicio, durante la reconversión del barco porque por aquellos días, el Gobierno de Madrid acogió al “Aquarius”. Este episodio nos llevó a pensar que desde las altas instancias políticas no pondrían ninguna pega a la partida del “Aita Mari”. Lamentablemente, todo lo acontecido con el “Aquarius” no fue más que una escena destinada a fotos y titulares de cara a la galería. Era como si de esta manera, las altas instancias políticas hubiesen cumplido su cupo de humanismo. Cuando quisimos hacernos a la mar, todo fueron trabas legales, nos guiaron por laberintos burocráticos con la intención de dilatar nuestra marcha todo el tiempo que fuera posible».

 

Un mensaje claro

Superado el lastre burocrático, el “Aita Mari” surcó las aguas del Mediterráneo y asistió a 80 personas que escapaban de lugares de conflicto haciéndose a la mar en embarcaciones precarias y con pertenencias escasas.

El director renunció a mostrar imágenes dramáticas y optó por dar a conocer de una forma didáctica las trágicas consecuencias de la política europea de fronteras y lanzar un mensaje de esperanza ante el rechazo a lo desconocido y al extranjero.

Como explicó el propio autor «no es un documental sobre la épica del rescate en el mar. Habla de cómo gente sencilla y anónima se transforma y abandona su vida anterior para realizar el trabajo que deberían hacer los estados».

En su conclusión, Julio añadió «hemos planteado un mensaje claro para que el espectador entienda la situación de Libia, la importancia de los rescates en el mar y, sobre todo, el rol de la Unión Europea en tareas de salvamento. Es una aberración que se normalice el hecho de dejar morir a gente en el mar».