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Dos consejos de ministros por semana


La inmediatez se ha convertido en el catalizador de nuestra propia destrucción. Se quiere todo, como el café soluble. Y lo peor del caso es que la tecnología de los últimos 30 años, está pensada no para reflexionar por medio del tiempo, sino que se elimina el tiempo de espera para no pensar. Cuanta más rápida es la respuesta más virtuoso es lo conseguido.

Se puede escuchar en la televisión pública, a periodistas sugiriendo que las novedades tecnológicas, o médicas que aparecen han tardado demasiado. No sé en qué mundo viven.

¿Cómo se puede reflexionar, sin negar lo que uno cree? Cualquier conocimiento pasa por el paradigma dominante, que no quiere decir que sea el más adecuado en según qué circunstancias. Lo más reaccionario es despreciar la lentitud que elimina la angustia del futuro. Se observa constantemente que lo virtuoso es lo más rápido. El coche, el avión, el tren, el teléfono, el ordenador. Esperar una analítica médica es un tormento para la mayoría de la población, ya que su lapso engendra inquietud.

El mundo político se mueve en esta vorágine permanente. Siempre se está pensando en las próximas elecciones, cuyo último objetivo es aumentar el espacio dentro de las instituciones. No se trata de mejorar nada, sino de conseguir cotas de poder y cuanto más rápido mejor. Por esto se ridiculiza a la CUP.

Nuestra civilización está cansada por el torbellino de la velocidad, y en la época pandémica actual, el cuerpo no dispone de tiempo para reflexionar, ni para escuchar su propia memoria. Es una de las causas de por qué tanta población recuerda el confinamiento como un suplicio y no como una liberación que permitía pensar y disfrutar de un silencio jamás conseguido. Se desaprovechó completamente, ya que la vida actual impide vivir, todo está pautado, y pobre del que quiera salir del rebaño.

Ahora tendrán lugar dos consejos de ministros por semana. Leo estupefacto que no es para poder reflexionar; todo lo contrario, es para crear una legislación para que las empresas sean todavía más rápidas en conseguir ganancias. Como la bolsa que está permanentemente en histeria total y las empresas con más dividendos han entrado en pánico porque sus acciones son tan altas, que se están desprendiendo de ellas.

Todo este desbarajuste, la naturaleza lo pondrá en orden por muchas reuniones ministeriales que se hagan, y por muchas exigencias comunitarias que se cumplan. Sigo preguntando el porqué de la pandemia. Los más tontos tienen la respuesta del laboratorio. Este es el resultado de una enseñanza que solo sirve para moldear cretinos.