Ingo NIEBEL
COLONIA

El «Gobierno semáforo» echa a andar entre selfies y amenazas

Alemania tiene canciller y Gobierno nuevos. La pandemia no sólo ha dominado el nombramiento del nuevo jefe del Ejecutivo, Olaf Scholz, sino que amenaza también la seguridad de su ministro de Sanidad y de otras autoridades. Por la tarde, el recién elegido canciller convocó por primera vez a su gabinete. Mañana viajará a París y Bruselas.

El socialdemócrata Olaf Scholz inició ayer su carrera como canciller tras ser elegido en primera vuelta, aunque no por todos los diputados de los tres partidos que integran su Gobierno. Sólo acudieron 707 de los 736 parlamentarios del Bundestag, sólo acudieron 707. Entre los ausentes se hallaban seis representantes del tripartito, formado por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), los Verdes ecologistas y el Partido Liberal-Demócrata (FDP). De los presentes, 395 votaron por Scholz, 303 en su contra, 6 se abstuvieron y 3 votaron nulo. Eso significa que, teóricamente, quince diputados de la coalición no votaron al socialdemócrata. El secreto de voto impide que se conozcan los motivos de esa decisión.

Tras informar del resultado y de que Scholz aceptar su elección, la presidenta del Parlamento, Bärbel Bas (SPD), levantó «excepcionalmente» la prohibición de sacar fotografías durante una sesión en curso, «para que no tenga que emitir 736 llamadas al orden», ironizó la jefa de la Cámara Baja. Las y los parlamentarios aprovecharon la benevolencia de la «número dos» en el orden protocolario del Estado alemán para sacarse selfies con el nuevo jefe del Gobierno.

Antes de jurar su cargo, Scholz tuvo que trasladarse a la residencia del presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, para que el jefe de Estado le nombrara oficialmente. Una vez cumplido este requisito, regresó al Reichstag, donde Bas le tomó el juramento.

Precauciones sanitarias

Después, Scholz acompañó a sus 16 ministros para que fueran nombrados para sus cargos por Steinmeier. La esterilidad de la ceremonia se debió más a las precauciones sanitarias que al protocolo. Para recurrir los 800 metros que separan ambas instituciones, los designados miembros del Gobierno utilizaron las habituales limusinas oficiales, salvo el ecologista Cem Özdemir, que empleó su bicicleta eléctrica. De la vuelta sujetó su nombramiento como ministro de Agricultura en la parrilla antes de pedalear hacia el Bundestag, donde los ministros prestaron juramento.

A partir de ese momento se inició el relevo en los órganos del Ejecutivo, destacando la entrega del poder ejecutivo por la ya excanciller Angela Merkel (CDU) a su sucesor, Scholz. En la historia de la República Federal, la democristiana es la primera persona que ha dejado su cargo por propia voluntad. Al no ser diputada, siguió los actos desde la grada de visitantes del hemiciclo.

Scholz convocó a su Gabinete para su primera reunión oficial a las 18 horas en la Cancillería. Ni la oposición ni la pandemia le dan tregua al nuevo Ejecutivo.

La ligera bajada de la incidencia se debe, sobre todo, a que el aumento de nuevas infecciones desborda a las autoridades sanitarias, que no son capaces de informar a tiempo. Paralelamente, el movimiento contra las restricciones antipandémicas está optando ahora por realizar escraches ante las viviendas de destacados socialdemócratas, como por ejemplo la de la ministro presidenta de Mecklenburgo-Antepomerania, Manuela Schwesig, y la del nuevo ministro de Sanidad, Karl Lauterbach. El sector extremista piensa incluso en matar a políticos como el ministro presidente de Sajonia, Michael Kretschmer, según reveló la segunda cadena de la televisión pública, ZDF.

Mañana Scholz efectuará su primera visita oficial a París, donde se reunirá, acompañado de su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock (Verdes), con el presidente francés, Emmanuel Macron. Después los dos alemanes se trasladarán a Bruselas para encontrarse con la presidenta del Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el secretario general de la OTAN, Stoltenberg.