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INUNDACIONES EN TODA EUSKAL HERRIA

El temporal deja una fallecida y desborda ríos de todas las vertientes

Tras dos semanas de lluvia y nieve, los ríos de Euskal Herria se han salido de su cauce. Ha habido rebosamientos en todas las vertientes, siendo particularmente importantes en Iruñea y la Cuenca del Bidasoa. Preocupa la situación de madrugada en Gipuzkoa por las lluvias persistentes y en Erribera, adonde no había llegado aún la venida.


La vertiente de los ríos dio igual. Lo mismo se desbordaron los que desaguan en el Cantábrico que los que mueren en el Ebro, solo que en Erribera esperaban lo peor esta madrugada. Calcula la Confederación Hidrográfica que el Ebro marcará máximos de 3.000 litros por segundo a su paso por Castejón e indica que eso no se veía desde hace 40 años. Mediciones en otros ríos y localidades de Euskal Herria apuntaban, por lo general, a dos décadas sin destrozos semejantes a causa del agua. Para dimensionar lo sucedido, sin embargo, hay que valorar ambas dimensiones, tanto la magnitud de cada uno de los desbordes, como la amplitud de la zona afectada, que va desde Baiona hasta Tutera.

La nota más trágica de la que se supo ayer, pese a todo, no estuvo vinculada a ningún río. El temporal de lluvias hizo ceder el tejado de un garaje en Sunbila, atrapando a una mujer que se encontraba en el interior de su vehículo, donde falleció. Tenía 49 años.

El principal núcleo poblacional afectado fue el de Iruñerria, donde la riada se calificó de histórica, afectando a barrios de la capital que están a pie de Arga y de forma particularmente grave a las localidades anejas de Atarrabia y Burlata.

Las lluvias afectaron a vías de interconexión de importancia de Iruñerria, generándose situaciones de semiaislamiento en algunos barrios, cortes del suministro eléctrico en viviendas y daños en coches aparcados en la calle, garajes, portales y comercios.

Por llamativo, es destacable el rescate de una veintena de personas en zodiac por parte de los bomberos en Atarrabia, que tuvo lugar en la zona de Martiket.

No fue el Arga el único gran río navarro en desbordarse. También el Ega subió a cotas que no tocaba desde hacía más de 20 años, causando daños similares a los relatados en Iruñea, así como afección a cultivos. También se salieron del cauce los ríos menores como Arakil, Eska, Larraun, Ezkurra y Urederra –entre otros– causando también destrozos.

En el extremo norte, donde la muga parte a Nafarroa en dos, el Bidasoa también salió de su cauce, aislando Doneztebe y apropiándose de la calle mayor de Sunbila. También causó daños en Irun, que resultaron destacados en los barrios de Behobia y Mendipe.

En Biriatu se tuvo que desaloja a veinte vecinos, de los que siete fueron acogidos en el Ayuntamiento, según informó la Prefectura de los Pirineos Atlánticos, que añadió que se realizaron diez intervenciones por las crecidas en Arrosa.

Por la tarde, la Prefectura de los Pirineos Atlánticos informó del cierre de la autopista A-63 a su paso por Baiona.

Mientras, el suceso de mayor relevancia en Gipuzkoa fue el desprendimiento que provocó el cierre de la autopista AP-8 a la altura de Elgoibar.

Como consecuencia, además, todos los accesos por carretera a Mendaro quedaron inutilizados, por lo que a primera hora de la mañana se realizó un llamamiento a no acudir al hospital. Osakidetza lanzó un mensaje de tranquilidad, indicando que la asistencia a las 90 personas ingresadas en el hospital de Mendaro estaba garantizada.

La situación en las cuencas de Oria, Deba y Urumea también fue de desbordes múltiples, al igual que en la del Bidasoa. Se registraron inundaciones en Andoain, Villabona y Hernani.

El temporal, además, generó balsas de agua en varios puntos de Donostia y en Okendotegi, como es habitual, la regata que discurre junto a las casas se desbordó y provocando la inundación de la zona.

Asimismo, se tuvo que cerrar el puente entre Lasarte-Oria y Zubieta debido a la crecida del río Oria.

Bizkaia, que había sido el herrialde más castigado los días previos (van 19 días de lluvia consecutivos allá), aguantó ayer un poco mejor, aunque también hubo complicaciones en Galdakao, al llegar a zona roja el río Ibaizabal.

Lo más preocupante en lo logístico es el desprendimiento en el alto de Trabakua. Ayer informaron los técnicos que, al menos, se tardarán dos semanas en evaluar los daños y reabrir la carretera a los vehículos.

Además de esto, la Ertzaintza informó del rescate de una mujer en Mungia que se había quedado aislada en su vivienda con dos perros.

En lo que respecta a Araba, hubo más de una veintena de carreteras que se cortaron por el desbordamiento de los ríos y el enlace de Iurre tuvo que bloquearse en ambos sentidos.

También allí se realizaron operaciones de rescate a personas atrapadas. Los bomberos sacaron el jueves a tres ocupantes de un vehículo, uno de ellos una niña pequeña, cuyo coche había caído a zona inundada en las inmediaciones de Astegieta, en el municipio de Gasteiz.

Consejos y promesas

Ante la gravedad de la situación y a que la previsión indicaba que las lluvias no iban a remitir, SOS Deiak lanzó una campaña con dos advertencias: «Si llegara a producirse una inundación en la vivienda, abandone los sótanos y plantas bajas cuanto antes» y «No atravieses una zona inundada, ni a pie ni en coche, la fuerza del agua podría arrastrarte».

El vicelehendakari de Lakua Josu Erkoreka compareció a mediodía e insistió en un llamamiento a mantener la alerta y la tensión de las riadas, advirtiendo de que los ríos están muy altos y que seguirá lloviendo con fuerza también de madrugada.

Su homólogo navarro, Javier Remírez, calificó la situación de «francamente sensible». La preocupación de Remírez se encontraba ya en las localidades de la Zona Media y Erribera donde el agua estaba aún por llegar. El vicepresidente confió en la predicción que dice que las lluvias remitirán en intensidad.