GARA
santiago

Boric y Kast moderan su discurso ante un incierto pronóstico electoral

El último cara a cara entre los candidatos que se disputan la Presidencia chilena, el ultraderechista José Antonio Kast y el diputado de izquierda Gabriel Boric, fue tibio, con guiños al electorado de centro y a quienes no acudieron a votar en la primera vuelta.

Tanto el abogado ultraderechista José Antonio Kast como el exlíder estudiantil Gabriel Boric evitaron en su último debate hacer grandes anuncios programáticos y se esforzaron por mostrar su cara más moderada, conscientes de que ninguno de los dos alcanzó el 30% de los votos en la primera vuelta del 21 de noviembre y que para ganar el domingo deberán recurrir a los votantes de las opciones que quedaron fuera de la segunda.

Kast defendió los valores de la derecha tradicional (patria, familia y orden) e insistió en que el neoliberalismo instalado durante la dictadura y profundizado tras ella es el único modelo que crea riqueza.

Boric, por su parte, reiteró que para que haya mejores servicios de salud y educación gratuita es necesario aumentar el rol estatal y subir los impuestos. «Queremos avanzar hacia un Estado de bienestar. El título que le pongan no me preocupa. Si es socialdemócrata, en buena hora», afirmó el exlíder estudiantil, que fue segundo en la primera vuelta y que ahora lidera la mayoría de las encuestas.

Sin embargo la una gran bolsa de indecisos y una abstención previsiblemente alta convierten la votación la más incierta en 30 años.

En el debate ambos jugaron a no perder lo conseguido e intentar ganar al votante más moderado y ninguno quiso arriesgar demasiado ni hacer anuncios espectaculares.

El matrimonio entre personas del mismo sexo aprobado recientemente en Chile y la diversidad sexual fueron algunos de los temas que subieron la temperatura del debate.

Cuando Boric echó en cara a Kast que hace unos años se refirió a la lucha por los derechos LGTBI como «dictadura gay», el ultraderechista pidió disculpas y dijo que «no la volvería a describir en esos términos». Aunque también moderó su discurso sobre la mujer y el medioambiente, sigue presentándose contrario al aborto y al matrimonio igualitario.

Boric flexibilizó sus ambiciosas metas de recaudación fiscal del 8% del PIB en ocho años, añadiendo mayor gradualidad.

Aspira a construir un modelo de bienestar con pensiones solidarias y un sistema de sanidad universal, pero ahora da más importancia a temas como la seguridad, el narcotráfico o la inmigración.