Un rival histórico de Merkel toma las riendas de una CDU en crisis

Friedrich Merz, un rival histórico de Angela Merkel en la democracia cristiana alemana, y representante del ala más derechista y neoliberal del partido, será el nuevo líder de la CDU tras ser elegido por un 62% por sus militantes. Dirigirá la travesía del desierto, desde la oposición, de una formación en crisis.

Friedrich Merz, histórico rival de Angela Merkel, fue designado ayer para ponerse al frente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en crisis.

Solo tres años después de su sonora vuelta a la política, Merz logró el 62,1% de los sufragios de los miembros de la CDU, frente a Hege Braun (12,1%) candidato de la confianza de Merkel, y Norbert Röttgen (25,8%), que se presentaba como un conciliador entre las dos corrientes.

Partidario de una línea liberal en la economía, identificado con los poderes económicos del país y con poderosos aliados internos, Merz debe levantar un partido en ruinas tras la derrota en las elecciones del 26 de setiembre, donde obtuvo el resultado más bajo de su historia (18,9%) después de 16 años dirigiendo el país. Esta derrota llevó a Armin Laschet a tirar la toalla apenas un año después de haber sido nombrado al frente de la CDU. Para el partido se trata del tercer cambio de presidente en tres años, sin que logre consolidar un liderazgo.

La elección es la primera designación directa de un dirigente de la CDU por sus militantes y será ratificada formalmente en un congreso virtual en enero.

Dejó para un futuro decidir si aspirará a ser el próximo candidato del bloque conservador a recuperar la Cancillería perdida.

Esta era la tercera vez que Merz se presentaba a presidir la CDU. Entró en las juventudes del partido con 16 años y ocupaba ya un escaño de eurodiputado en 1989, cuando la ahora excanciller era aún una científica del este del país ajena al ámbito político. En 1994 ingresó en el Bundestag y empezó a destacar entre las corrientes derechistas de la CDU. Tras el ascenso de Merkel a la presidencia, Merz siguió luchando por dar un giro más conservador a la CDU, frente a lo que consideraban un tono «socialdemocratizante». En 2002 se retiró de sus estructuras, al verse desplazado en el Bundestag, y se concentró en la gran industria y los grupos de presión económicos, convertido en un millonario que viajaba en jets privados. Pero periódicamente se escuchaba su opinión en medios de comunicación o foros económicos, desde posiciones opuestas a las de la jefa del partido o entre amagos de revuelta interna. Volvió a la primera fila en 2018, tras anunciar Merkel su retirada.