El Parlamento de Gasteiz aprobó ayer los presupuestos de la CAV para el próximo año 2022 que asciende a 13.107 millones de euros. Lo hizo con el voto a favor de PNV y PSE, que cuentan con mayoría absoluta en la Cámara, la abstención de EH Bildu –que llegó a un acuerdo por valor de 253 millones de euros y otras medidas políticas– y el voto contrario de Elkarrekin Podemos-IU, PP+Cs y Vox.

En el pleno se rechazaron la 1.469 enmiendas parciales presentadas por el PP+Cs y también las 208 de EP-IU. Sin embargo, apenas se entró en el debate de las mencionadas enmiendas, en buena medida porque ni siquiera las defendieron los grupos que las ha habían presentado. Tanto es así que han sido las portavoces de PNV y PSE quienes más se han referido a ellas.

Por ejemplo, la jeltzale Itxaso Berrojalbiz afeó a Elkarrekin Podemos-IU que en comisión votara en contra de enmiendas transaccionadas por PNV y EH Bildu para mejorar partidas sociales y, sin embargo, se abstuviera en las presentadas por PP+Cs que, en principio, parecen contrarias a lo que habitualmente defiende la formación morada.

La primera en acceder a la tribuna fue Amaia Martínez, de Vox, que ni siquiera se había tomado el trabajo de presentar ni una sola enmienda parcial, alegando que su diferencia con estas cuentas es infinita porque no están de acuerdo con «los delirios ideológicos de las élites globalistas» ni con su objetivo de afianzar el independentismo y, para empeorarlo todo, acordadas con toda la retahíla de descalificaciones que habitualmente dirige a EH Bildu.

La posición de PP+Cs la defendió por Luis Gordillo, el parlamentario que pasó de liderar la formación naranja a integrarse en el partido de Carlos Iturgaiz. Criticó que el Gobierno no aceptara la mano que le tendieron para corregir unos presupuestos que «no son adecuados» y que se basan en un «cuadro macroeconómico desfasado».

Miren Gorrotxategi, de Elkarrekin Podemos-IU, comenzó defendiendo las demandas laborales de los trabajadores de Osakidetza y recordando la propuesta de su grupo de que fueran readmitidos los 4.000 sanitarios despedidos antes de la sexta ola. También reprodujo su propuesta de crear una empresa pública de energía, denunciando que el Ejecutivo actúa como representante del oligopolio energético. Llamó la atención sobre los recortes en políticas sociales y que la transferencia del Ingreso Mínimo Vital se aproveche para ahorrar dinero en esta partida. Luego tomó la palabra el parlamentario Iñigo Martínez, de Ezker Anitza-IU.

Tanto Gorrotxategi como Martínez criticaron la abstención de EH Bildu, que interpretaron como un «apoyo a los recortes», acusando a la izquierda independentista de «dejar de lado la defensa de la ciudadanía por cálculos electorales», en palabras de la portavoz del grupo morado. Y eso que Martínez había reconocido que PNV y PSE tenían mayoría absoluta para aprobar lo que quisiera, pero han encontrado, según denunció, lo que definió como bonus track de EH Bildu, que «aún no sabemos si es táctica o estratégica», dijo.

EH Bildu: «No es la revolución»

Precisamente, Nerea Kortajarena recordó que los presupuestos estaban ya aprobados de facto por la mayoría absoluta del Gobierno, por lo que EH Bildu optó por aprovechar la oportunidad de introducir mejoras en ellos. Y ante las críticas recibidas trajo a la memoria que Elkarrekin Podemos-IU sí que posibilitó que PNV y PSE aprobaran los presupuestos de 2020 cuando los votos morados eran imprescindibles para ello y les pidió que comparen lo que consiguieron entonces y a qué precio.

En todo caso, la parlamentaria de EH Bildu admitió que «pese a estas incorporaciones, este presupuesto sigue muy lejos de lo que necesita este país para afrontar el futuro con garantías. No hemos conseguido corregir los problemas estructurales que presenta, no vamos a hacer la revolución con lo conseguido, ni se van a dar grandes transformaciones, pero hemos conseguido que la respuesta que estos presupuestos ofrecen en determinados ámbitos sea mejor que la que ofrecía el proyecto original del Gobierno».

Kortajarena aprovechó su intervención para incidir en los acuerdos logrados en materia política sobre un Salario Mínimo Interprofesional propio adecuado a la realidad económica de la CAV, en materia de alquiler de vivienda y en la «subida sin precedentes» de 150 millones de I+D+i. También recordó los 30 millones de euros más para la Atención Primaria de Osakidetza, los 100 millones de euros para transición energética, el incremento de cuatro millones para luchar contra la pobreza energética a través de las AES, así como los 20 de subida para políticas sociales y los dos millones para la emancipación de la juventud.

Pese a ello, Kortajarena sostuvo que incluso con estos cambios los presupuestos son insuficientes, pero explicó que «EH Bildu no ha querido quedarse en la mera crítica», sino «intentar mejorar lo que estuviera en su mano». Adujo que en momentos complejos como los que vivimos hay que dar una oportunidad a los acuerdos, «siempre que los mismos supongan mejorar la vida de la gente y creemos que este es uno de esos».

Reconoció que no han logrado acuerdos en fiscalidad, residencias, el sistema comunicativo vasco o el mundo cooperativo, pero EH Bildu entiende que ha logrado poner el foco en estas materias sobre las que esperan que se pueda avanzar en el futuro una vez roto el tabú de que sobre esto no se puede hablar.

Votaciones

Sonia Pérez, desde el PSE, e Itxaso Berrojalbiz, del PNV, apuntaron que estos presupuestos «ya eran buenos» y «ahora son mejores» gracias al acuerdo con EH Bildu. Defendieron las cuentas gubernamentales, como las necesarias y adecuadas para este momento y, a su vez, criticaron las posiciones de los grupos que lo rechazan.

Metidos en las votaciones. PNV, PSE y EH Bildu votaron en contra de las enmiendas de PP+Cs, que contaron, por su parte, con la abstención de EP+IU. Las enmiendas de la coalición morada fueron rechazadas por los partidos del Ejecutivo, mientras que EH Bildu y PP+Cs se abstuvieron en ellas.

Finalmente la ley salió adelante con los votos a favor de PNV y PSE, la abstención de EH Bildu y el voto en contra de PP+Cs y EP-IU. La única parlamentaria de Vox no participó en la votación «por motivos ajenos a su persona», según explicaron desde su grupo, añadiendo que había comentado su problema con la presidenta de la Cámara, Bakartxo Tejeria, y que ésta permitió que se registrara en el acta del pleno su voto negativo al presupuesto.