Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Miles de rosas rojas

En Berlín, junto al canal de Landwehr, en el monumento dedicado a Rosa Luxemburgo nunca faltan preciosos ramos de claveles y rosas rojas. Fue en ese lugar, cerca del Lichtenstein Puente, donde la noche del 15 de enero de 1919, los freikorps, grupos de la extrema derecha alemana, asesinaron y arrojaron al canal el cuerpo torturado de Rosa Luxemburgo, fundadora junto a Karl Liebknecht, también asesinado, del Partido Comunista de Alemania. Ideóloga, marxista y referente indiscutible de la lucha obrera, fue también una apasionada militante del feminismo de clase. Criticó con dureza el feminismo burgués de su tiempo y, junto a su amiga Clara Zetkin, defendió con fuerza los derechos laborales de las mujeres trabajadoras. Por eso he pensado que hoy, en un día tan lleno de rosas y banderas rojas recordando a Rosa Luxemburgo por todo el mundo, es un buen momento para poner de relieve el arrojo de tantas mujeres que ahora se atreven a mantener luchas titánicas para exigir su derecho más básico a un sueldo digno. El 30 de diciembre la empresa IMQ despidió, por convocar un paro indefinido, a 90 mujeres; 90 mujeres que son como las miles de rosas rojas, invisibilizadas en los entresuelos de los llamados «techos de cristal». El silencio de algunos feminismos estructurales ante arrogancias patronales como la de IMQ hace que añore mucho el feminismo de Rosa Luxemburgo.