El expresidente ucraniano Petro Poroshenko volvió a Ucrania de unas vacaciones y compareció ante un tribunal de Kiev acusado de alta traición.

El exmandatario fue recibido en el aeropuerto por miles de seguidores. En el control de pasaportes, los guardias retuvieron durante varios minutos su documentación, lo que causó un pequeño escándalo en la zona de llegadas al proclamar Poroshenko que no le permitían entrar en Ucrania.

El 20 de diciembre de 2021, las autoridades ucranianas acusaron a Poroshenko de alta traición por un caso relacionado con la compra de carbón en territorios de las repúblicas rebeldes pro-rusas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania.

Así, le imputan financiar con esa compra la lucha de los rebeldes de la región oriental de Donbass, que agrupa a ambas repúblicas, y que aspiran a integrarse en Rusia.

De acuerdo con la acusación, el político, considerado como uno de los hombres más ricos de Ucrania por la revista ‘Forbes’, cometió el presunto delito durante su presidencia (2014-2019).

Si los tribunales ucranianos hallan culpable al expresidente, este podría ser condenado a hasta 15 años de cárcel.

A principios de enero, un tribunal de Kiev ordenó la incautación de todos sus activos y propiedades.

Poroshenko considera la acusación «políticamente motivada» y aseguró que no permitirá que le metan en la cárcel. «Al defenderme a mí mismo, estoy defendiendo a Ucrania», dijo en una entrevista a pocos días de su regreso a Ucrania.

El Kremlin no ha comentado la situación en torno a Poroshenko, al asegurar que no le compete. «No seguimos ese asunto. Los medios hablan (del retorno de Poroshenko), que es uno de los contrincantes políticos del presidente (Volodimir) Zelenski. Pero no es un asunto que nosotros sigamos atentamente», aseguró el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.