La Real repite, a su pesar, la anómala dinámica post parón navideño. En este caso porque el brote de covid que obligó a aplazar el partido frente al Barcelona se unió al fin de semana sin Liga en Primera por la disputa de la Supercopa, lo que ha tenido 18 días sin competir a las donostiarras para afrontar ahora tres partidos en una semana.

El primero les enfrenta hoy (12.00, RSTV) al Villarreal. Un equipo que empezó muy mal la temporada, hasta el punto de parecer prácticamente desahuciado, pero al que el invierno le está sentando fenomenal. Ha ganado cuatro de los seis últimos partidos y, si no fuese por los seis puntos de sanción sustraidos por la RFEF, estaría fuera de descenso y con cierta holgura, además. «Nos vamos a encontrar un equipo superenchufado, que está sacando puntos y rindiendo bien –advierte Natalia Arroyo–. Y además con el subidón de haber pasado en Copa a penaltis», aunque también con el desgaste de los 120 minutos de partido del miércoles.

Tras la visita al equipo castellonense, la Real enlazará en Zubieta los encuentros ante Real Madrid y Atlético, trascendentales en la pelea por Europa. Pero Arroyo no quiere oír hablar ni de los próximos partidos ni de que la temporada pueda decidirse ahora. «Dar algo por hecho en enero sería un error porque quedan demasiados puntos para que nada sea definitivo», asegura, para destacar a continuación que «si algo me ha gustado de nuestra primera vuelta es que le hemos dado valor a todos los partidos. Y tenemos que seguir haciendo eso. Es verdad que todo lo que sea ganar a Real Madrid o Atlético va a suponer alejarles, pero nada va a tener sentido si mañana no sumamos los tres puntos».

La técnica se lleva a 18 jugadoras entre las que no están las lesionadas Tejada, Izarne y Ceci.