GARA Euskal Herriko egunkaria
EDITORIALA

Es tiempo de tumbar el apartheid de Israel


En un informe hecho público ayer, Amnistía Internacional (AI) acusa al Estado de Israel de ejercer el «apartheid» contra la población palestina. Anteriormente, ese término había sido utilizado por la ONG israelí Btselem y por Human Rights Watch (HRW) en sendos informes que publicaron el año pasado. Conviene subrayar, asimismo, que Amnistía Internacional considera que las autoridades israelíes deben rendir cuentas ante los tribunales por el apartheid contra los palestinos, ya que constituye un crimen de lesa humanidad, según las definiciones del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) y la Convención contra el Apartheid.

A pesar de la contundencia del informe, la reacción del Gobierno israelí ha sido la esperada: negar la evidencia y acusar de «antisemitismo» a Amnistía Internacional. A falta de argumentos, Tel Aviv elevó el tono y con un lenguaje duro trató de desprestigiar a los autores del documento. Está por ver los pasos que dan otros países que, cuando se trata de denunciar e investigar las violaciones de derechos humanos en el mundo, suelen mostrar una sensibilidad muy selectiva en función de sus intereses geopolíticos. La Unión Europea, por ejemplo, defendió el informe pero se limitó a señalar que seguirá vigilando estrechamente la evolución de los acontecimientos, lo que en un contexto de continuas y sistemáticas violaciones de los derechos humanos, significa seguir sin hacer nada. Sin embargo, Amnistía Internacional sí planteó acciones concretas y propuso un embargo integral de armas y municiones a Israel y la imposición de sanciones selectivas, como el bloqueo de activos a las autoridades israelíes más implicadas en la segregación y en los crímenes.

Sin excusas, la comunidad internacional tiene que dar pasos para que los derechos de la población palestina sean respetados. La impunidad con la que se conduce el Estado de Israel debe acabar inmediatamente. Las palabras y los datos están en este informe y deben traducirse ahora en hechos. Todo ello con un objetivo: acabar con el apartheid.