Beñat ZALDUA

Casado recula y trata de cerrar la crisis, pero Ayuso no suelta la presa

No se sabe quién tocó qué tecla, pero Pablo Casado reculó ayer drásticamente. Si por la mañana la dirección del partido señalaba que las explicaciones de Ayuso sobre su hermano se incorporarían al expediente abierto, por la tarde esas explicaciones fueron suficientes para cerrar dicho expediente. El papel de los varones se antoja clave.

El cronograma es importante, porque en este caso, el orden de los acontecimientos altera las preguntas que quedan sin resolver. Ninguno de los protagonistas de la crisis que vive el PP abrió la boca públicamente ayer, pero todos hablaron. Primero se conoció, por fuentes de la dirección citadas por los medios con sede en Madrid, la existencia de una reunión entre el presidente del partido, Pablo Casado, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Se celebró el viernes en la sede de la calle Génova y según esta primera versión de los hechos, Casado negó haber ordenado investigar a Ayuso y le informó de que el comunicado emitido el viernes sobre el contrato adjudicado a dedo que benefició al hermano de la presidenta sería incorporado al expediente informativo, que a esas horas estaba abierto.

Luego llegó el contraataque de Ayuso, también mediante filtración. «Fuentes cercanas» a la presidenta madrileña informaron a varios medios de la reunión mantenida, calificándola de «infructuosa». El dardo llegó a continuación, ya que el entorno de Ayuso aseguró que Casado le ofreció levantarle el expediente a cambio de que declarase no haber sido espiada por la dirección del partido.

En contra de lo que cabría esperar viendo la dinámica de los últimos días, la espiral se detuvo ahí. De las filas de la dirección del partido no llegó otro contraataque, sino todo lo contrario. No se sabe si fue obra de Ayuso o de los varones, cuyo apoyo ha buscado Casado en los últimos días –parece que no lo ha hallado con la contundencia por él deseada–, pero el caso es que alguien pulsó ayer por la tarde alguna tecla sensible, ya que hacia las 19.00 horas todos los medios madrileños empezaron a cambiar los titulares y a asegurar que Casado daba por buenas las explicaciones de Ayuso. En consonancia, se cerraba el expediente abierto.

Junto al movimiento, la dirección del partido trató de desmentir la propuesta filtrada por Ayuso. «No es a cambio de nada, y tanto es así que el expediente se cierra», dijeron a las agencias. Uno de los dramas del PP es que, a estas alturas, absolutamente todo es perfectamente creíble. Todo: lo que denuncian unos y otros, lo cierto y lo que acabe demostrándose falso.

Ahora está por ver qué pieza mueve Ayuso, ya que, siempre según la prensa madrileña, desde su entorno se insistía ayer en que la reunión del viernes no se saldó con un acuerdo aceptable, y siguen pidiendo depurar responsabilidades por lo que consideran unos ataques injustificados por parte de la dirección. Todo el mismo día en el que “Público” destapó otro contrato sospechoso, en este caso de casi un millón de euros, que la Comunidad de Madrid adjudicó a dedo en plena pandemia a Juan Carlos Herrero Casasola, socio de la madre de Ayuso en cuatro sociedades. El contrato era por el suministro de 25 ventiladores hospitalarios y se tramitó por el procedimiento de emergencia, sin publicidad ni concurso.

A la espera de los varones

Los próximos pasos vendrán marcados, en buena medida, por la reacción de los varones al último movimiento de Casado. Son ellos quienes decantan la balanza. El presidente del partido buscó su apoyo desde el primer momento, pero este llegó con sordina y con varios avisos.

«Todos estamos con Casado, pero este asunto ha de resolverlo sentándose con Ayuso y dándole una solución al partido, porque el partido no merece la situación en la que está en este momento», declaró el viernes el líder gallego Alberto Núñez Feijóo, voz cantante entre los varones y líder llamado a desempeñar un papel clave si todo acaba en congreso.

De hecho, esta fue la amenaza velada del gallego: si no hay solución, vamos a un congreso. En las próximas horas se verá si compran el giro propuesto ayer por Casado o si exigen mayores sacrificios a un líder en horas bajas al que cuesta imaginar encabezando candidatura alguna.