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Ayuso traslada a la calle el pulso a un debilitado Casado

El intento de Pablo Casado de cerrar la guerra abierta en el PP con la retirada del expediente a Isabel Díaz Ayuso ha sido en vano. La presidenta de la Comunidad de Madrid trasladó el envite a la calle, congregando a entre 3.000 y 4.000 seguidores frente a la sede de la calle Génova, según medios madrileños. Ni siquiera la dimisión del secretario general, Teodoro García Egea, ampliamente demandada, podría bastar a estas alturas. Casado reúne hoy a la cúpula.


En un movimiento desesperado, el presidente del PP, Pablo Casado, decidió el sábado levantar súbitamente el expediente abierto contra la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Buscaba así una tregua que no tiene visos de llegar. Casado pudo alejar el fantasma de un congreso extraordinario, pero su repliegue no ha servido para frenar la crisis que tiene al principal partido de la derecha española abierto en canal.

Ese congreso está previsto para julio y todo augura que los meses que faltan serán un via crucis para Casado, con Ayuso al acecho y con el líder gallego, Alberto Núñez Feijóo, aguardando a la espera de una brecha a la tercera vía. Esa misma que, en plena guerra entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, aprovechó el propio Casado para hacerse con las riendas de un partido que ahora se le escurre.

Reunión de la cúpula

En busca de hacer inventario y recolocar las piezas sacudidas por el terremoto de la semana pasada, Casado reunirá hoy al comité de dirección, la cúpula del partido formada por los más afines a su debilitado liderazgo.

Mientras, en la calle, Ayuso reunió ayer a entre 3.000 y 4.000 personas –siempre según medios madrileños– ante la sede de Génova, convocados «espontáneamente» a través de las redes sociales. Los lemas más coreados dan la medida de las dificultades que va a tener Casado para reconstruir su liderazgo al frente del PP: «Queremos a Ayuso», «Casado dimisión» y «Ayuso a la Moncloa».

Que la militancia capitalina del PP, devota de su presidenta, se movilice a favor de Ayuso no significa que Casado lo tenga todo perdido, pero que apenas ningún dirigente territorial haya salido en su defensa –tampoco tras el movimiento del sábado– deja entrever lo difícil que va a tener el líder del partido cerrar la crisis y reconstruir un proyecto creíble para el congreso de julio.

La pregunta ahora es cuál será la siguiente pieza que Casado tenga que sacrificar para seguir ganando tiempo. La dimisión del secretario general, Teodoro García Egea, está en boca de todos, pero está por ver si ocurre y, sobre todo, si es suficiente para una Ayuso crecida que quiere hacerse con las riendas del partido en Madrid. Para eso necesita un congreso regional al que Casado se resiste.