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GUERRA EN UCRANIA

Putin exige la rendición de Ucrania con sus tropas a las puertas de Kiev

Con su Ejército a las puertas de la capital ucraniana y con enclaves como Chernobil y Jerson ocupados, el Kremlin ha exigido al Ejército ruso que se rinda y eche del poder al actual Gobierno para forzar un cambio de régimen. Odessa y Jarkov, en la Novorrosiya (Nueva Rusia) reivindicada por el panruso Vladimir Putin, es su objetivo inmediato.


El presidente ruso, Vladimir Putin, emplazó al Ejército ucraniano a que dé un golpe de Estado para tomar el poder contra el Gobierno de su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, al que tildó de «banda de narcotraficantes y neonazis», mientras proseguía la ofensiva del Ejército ruso, consistente en avances sobre el terreno combinados con bombardeos y sabotajes contra las infraestructuras militares ucranianas, lo que incluye asaltos contra aeródromos.

La invasión militar rusa se ha saldado con decenas de muertos y más de 100.000 desplazados –más de 50.000 personas habían salido ya del país–.

El Ministerio ucraniano de Defensa reconoció que las tropas rusas habían llegado al distrito de Obolonski, a quince kilómetros del centro de Kiev. Según informó en su cuenta de Twitter, se trataría de una operación de sabotaje de las fuerzas rusas llevada a cabo por un comando de soldados de reconocimiento e instó a los civiles a tomar las armas, a informar sobre sus movimientos y a «neutralizar al ocupante, si hace falta con cócteles molotov».

Un civil yacía muerto en la acera y los servicios de rescate sacaron con vida a un hombre atrapado en un automóvil aplastado por un blindado.

Cerco desde el este y el oeste

En el segundo día de intervención militar rusa, el Ejército de Ucrania aseguró que combatía en la localidad de Ivankiv, a escasos 33 kilómetros del centro histórico de la capital, a tanques rusos que se dirigían a Kiev desde las regiones aledañas a la central nuclear de Chernobil.

El Kremlin confirmó la conquista de Chernobil para impedir que «grupos nacionalistas y terroristas (…) aprovechen la situación para provocar una catástrofe nuclear».

Según el último parte de guerra ruso, sus tropas bloquearon Kiev desde el oeste y tendrían el control del aeropuerto de Gostomel tras el refuerzo con unidades aerotransportadas. El portavoz ruso de Defensa, general Igor Konashenkov, aseguró que «han sido aniquilados unos 200 nacionalistas de las unidades especiales de Ucrania», mientras que las tropas rusas no sufrieron bajas.

En la operación, que se llevó a cabo después de que las fuerzas ucranianas recuperaran el control de la zona la pasada madrugada, «participaron más de 200 helicópteros rusos»

Las fuerzas rusas añadieron que han logrado hacerse, además, con la ciudad estratégica de Chernígov, a unos 150 kilómetros al noreste de Kiev.

Al igual que en la crisis pre-bélica, la propaganda y la contrainformación dominan el escenario, pero la realidad se impone 48 horas después del inicio de la operación y la capital estaba anoche rodeada tanto desde el este como del oeste.

Lo que si está claro es la superioridad apabullante del Ejército ruso sobre la Armada ucraniana, pese a que esta haya recibido armamento y suministros de EEUU y sus aliados más firmes en Europa.

La OTAN y el presidente estadounidense, Joe Biden, siguen asegurando que no intervendrán militarmente sobre el terreno en auxilio de Ucrania.

Contraofensiva en el Donbass

Sobre la situación en el Donbass, el general Konashenkov aseguró que las milicias de las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk continuaban avanzando posiciones con el apoyo de las tropas rusas y cifró el avance en doce kilómetros en algunos puntos.

Por su parte, las autoridades locales de Jerson confirmaron que las tropas rusas tomaron el control de la ciudad, situada al sur de Ucrania, entre Odessa y Crimea, y donde viven unas 280.000 personas.

Lavrov: «Que dejen las armas»

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, mostró su disposición a retomar las negociaciones si Ucrania «abandona las armas». Lavrov insistió en el mensaje de que el objetivo de Rusia no es ocupar Ucrania, sino «liberar a los ucranianos de la opresión» en la línea de «la pacificación y desnazificación» apuntada por Putin. Denunció que Kiev ha optado por el «genocidio de la comunidad rusófona» y denunció los intentos de prohibir el uso de este idioma, por lo que descartó que el Gobierno de Zelensky pueda ser un interlocutor.

Zelensky se mostró dispuesto a negociar, pero en Varsovia (Polonia), no en Minsk (Bielorrusia), mientras fuentes rusas ponían en duda que siguiera en Ucrania y aseguraban que se habría mostrado dispuesto a renunciar a un ingreso en la OTAN.

Zelensky se dejó ver en la calle junto a sus asesores. «Estamos aquí. Estamos en Kiev. Estamos defendiendo Ucrania», dijo en un vídeo de apenas 32 segundos, filmado por él mismo en la calle Bankova, ante la oficina presidencial. Desmintió que hubiera abandonado Kiev o Ucrania.

Putin instó al Ejército ucraniano a que «coja el poder en sus manos. Me parece que será más fácil que negociemos entre ustedes y yo».

Como ocurriera, pese a los desmentidos del Kremlin, con sus planes para atacar Ucrania, se confirmaron los augurios de los analistas occidentales de que Rusia ha estado preparando el campo de batalla con la táctica conocida como shaping, que consiste en neutralizar las defensas antiaéreas y bases aéreas y suprimir los medios de guerra electrónica. El objetivo pasa ahora por un cambio de régimen.

Mientras tanto, y tras Jerson, los objetivos inmediatos del Ejército ruso son la ciudad portuaria sureña de Odessa, que podría ser objetivo de una operación anfibia, y la industrial de Jarkov, en el este, ambas en Novorrosiya.

 

Aviso a Suecia y Finlandia si se unen a la OTAN

Rusia denunció ayer los esfuerzos llevados a cabo por Occidente para incluir en la OTAN a Finlandia y Suecia, países conocidos por su neutralidad, y alertó de que su ingreso en la Alianza tendría «graves consecuencias político-militares, que requerirían una respuesta de nuestro país», en palabras de la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajarova. La UE expresó su apoyo a ambos socios comunitarios y defendió que todos los países son libres de decidir su política exterior y de alianzas.

La OTAN, que celebró una cumbre de urgencia a la que asistieron como invitados los líderes de ambos países escandinavos, anunció que ha empezado a desplegar elementos de su Fuerza de Respuesta en la parte este de la Alianza, por primera vez en el contexto de la defensa colectiva. «No debe haber lugar a malentendidos: vamos a proteger a cada aliado y cada centímetro del territorio de la OTAN», indicó su secretario general, Jens Stoltenberg.

Además, los Veintisiete acordaron congelar los activos en Europa del presidente ruso, Vladimir Putin, y de su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, por la invasión de Ucrania, aunque han evitado incluirlos en el listado de visados prohibidos por si fuera posible aún algún diálogo. La misma medida fue adoptada por Gran Bretaña y EEUU. La UE tenía previsto estudiar también la expulsión de Rusia del sistema internacional de pagos y datos bancarios Swift, lo que dejaría al país financieramente aislado.

Siguiendo con la cascada de medidas de respuesta a la intervención militar rusa en Ucrania, el Comité de Ministros del Consejo de Europa suspendió «con efecto inmediato» la participación de Rusia en todos sus órganos al aplicar a ese país el artículo 8 del Estatuto de la organización.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), por su parte, anunció que su Consejo ha decidido cerrar formalmente el proceso de adhesión de Rusia al organismo, que ya había sido paralizado en marzo de 2014 por la anexión de Crimea.GARA