GARA
MELILLA

Cientos de personas entran en Melilla en un segundo salto a la valla

Un nuevo salto masivo a la valla de Melilla, el segundo en veinticuatro horas, permitió ayer que 580 personas migrantes de origen subsahariano que esperaban varadas en Marruecos su oportunidad para llegar a territorio de la UE entraran en el enclave español en el norte de África. El Gobierno de Pedro Sánchez, que no ha logrado reconducir su relación con Rabat tras la crisis diplomática del pasado abril, ha reforzado su frontera en Melilla.

A los desplazamientos provocados por la guerra en Ucrania se le suman estos días los esfuerzos de las personas migrantes que desde África, en este caso, intentan llegar a Europa a través del enclave español de Melilla.

Por segundo día consecutivo, ayer se produjo un salto multitudinario a la valla fronteriza de seis metros de altura de esa ciudad del norte de África que posibilitó que 380 personas de origen subsahariano entraran en territorio europeo. 491 lo habían conseguido la víspera.

La cifra de quienes lograron llegar al CETI de Melilla era una reducida parte de quienes lo intentaron. El salto de ayer, que comenzó sobre las 7.25, fue protagonizado, según datos de la Delegación del Gobierno español en Melilla, por 1.200 personas. El miércoles lo intentaron 2.500, en lo que constituyó el intento más numeroso desde julio de 2018, cuando lo lograron 600.

Las autoridades españolas repitieron lo manifestado la víspera, que «los migrantes han desplegado suma violencia, lanzando piedras, y usando garfios y palos contra las Fuerzas de Seguridad».

Unos 30 migrantes resultaron heridos el miércoles, tres o cuatro de ellos de gravedad, según la Asociación marroquí de derechos humanos, y otros 32 ayer.

«Llevábamos muchos meses sin que se produjeran este tipo de saltos», lamentó en una entrevista en la televisión La Sexta el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, asegurando que los intentos recientes se habían repelido «con la colaboración de las autoridades marroquíes».

«Estoy en contacto con las autoridades marroquíes para reconducir esta situación, pero evidentemente es un hecho muy preocupante», añadió.

Marruecos, por su parte, aseguró que hace «un trabajo colosal» para vigilar sus fronteras.

Madrid, que no ha logrado reconducir su relación con Rabat tras la crisis de abril de 2021 tras la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, anunció el refuerzo de la frontera.

Tanto en Melilla como en Ceuta, el otro enclave español en el norte de Marruecos, tienen una importante concentración de personas que buscan llegar a Europa. Y en el monte Gurugú, al otro lado de la frontera, hay en torno a 4.000 personas esperando su oportunidad para cruzar la frontera terrestre. La gran mayoría de las personas migrantes que llegan por la frontera sur lo hacen cruzando el Mediterráneo.

Denuncian violencia policial y devoluciones en caliente

Organizaciones en defensa de los derechos de las personas migrantes denunciaron violencia policial y devoluciones en caliente en el salto en la valla de ayer.

En un comunicado, las ONG Solidary Wheels, Geoum Dodou, No Name Kitchen y Alarm Phone informaron de que una veintena de estas personas tuvieron que ser hospitalizadas y apuntaron que, según testimonios de vecinos de la zona cercana a la valla, así como de trabajadores de la zona fronteriza, «la reacción ante el salto por parte de las policías española y marroquí ha sido violenta» y «no han tenido en cuenta las necesidades de las personas migrantes».

Solidary Wheels aseguró haber sido testigo de al menos tres devoluciones en caliente, de las que dijo tener material gráfico. Precisó que las devoluciones fueron realizadas por la Guardia Civil en las puertas 153 y 154 de la valla, donde los dejaron en manos de las autoridades marroquíes.

En este sentido, indicaron que trabajadores de la valla se mostraron preocupados y señalaron que «se han devuelto a muchas personas más», y denunciaron que al menos vieron a una treintena de personas al otro lado de la valla, «al menos tres en estado grave y sin recibir asistencia médica».

El Ministerio español de Interior afirmó a Europa Press que en la frontera aplica escrupulosamente la ley y el uso de la fuerza es «proporcional y adecuado».GARA