Era la única incógnita que quedaba por despejar y las cuentas le salieron, finalmente, a Philippe Poutou. Candidato preferido de muchos electos vascos, con permiso de Jean Lassalle, el aspirante anticapitalisa cerró, el jueves, último día de publicación de avales con 439 apoyos.

Sin embargo, fuentes de su partido, el NPA, se mostraban seguras de que podrían redondear esa cifra antes de las 18.00 del viernes 4 de marzo.

Dicho y hecho, al cierre del plazo de presentación de avales y también de candidaturas, el obrero y sindicalista lograba la ansiada plaza para concurrir a las elecciones presidenciales francesas, cuya primera vuelta tendrá lugar el 10 de abril.

El presidente del Consejo Constitucional, el exprimer ministro socialista Laurent Fabius,, anunciaba ayer al mediodía mediante un vídeo el plantel de 12 candidatos, 8 hombres y 4 mujeres, que disputará la liza electoral. La lista oficial de presidenciables está formada por los siguientes nombres: Nathalie Arthaud (LO), Fabien Roussel (PCF), Emmanuel Macron (LREM), Jean Lassalle (Resistons), Marine Le Pen (Rassemblement National), Eric Zemmour (Reconquête!), Jean-Luc Mélenchon (La France Insoumise), Anne Hidalgo (PS), Yannick Jadot (Europe Ecologie-Les Verts), Valérie Pécresse (LR), Philippe Poutou (NPA) y Nicolas Dupont-Aignan (Debout La France).

Para ser investidos como candidatos esos aspirantes han debido recoger al menos 500 firmas procedentes de electos de 30 departamentos diferentes. Y han tenido que presentar ante el Consejo Constitucional su declaración de patrimonio y de actividad profesional, condición imprescindible para poder aspirar a ocupar el Elíseo.

El último candidato en lograr el acta, el ya citado Poutou, concurre por tercera vez a una elección presidencial. No podrá repetir experiencia el offsider de la presidencial de 2017, el valedor del Frexit, François Asselineau. Tampoco ha logrado los avales suficientes para disputar la campaña la exministra socialista, Christiane Taubira, quien sí fuera candidata en 2002.

Favorito en campaña

El anuncio de la lista oficial de candidatos marca un punto de inflexión a 34 días de la primera vuelta, por más que la campaña, particularmente en su dimensión mediática, estuviera en marcha desde hace semanas, por no echar la vista más atrás, concretamente al periodo de designación de candidatos que ha centrado el interés de los medios desde el verano pasado.

A la vuelta de vacaciones de Navidad, una nueva ola de la pandemia obligaba a suspender o minimizar los actos de los aspirantes ya declarados, a la espera de que el presidente saliente oficializara su candidatura.

Desde su entorno se aplazó el anuncio al final de las medidas más restrictivas impuestas contra el covid-19. Ello fijaba la fecha a mediados de marzo, con un Emmanuel Macron ya para entonces rodado en su nueva faceta de presidente de turno de la Unión Europea. Sin embargo, aunque la primera parte de la planificación oficial se ha cumplido, lo que permitirá abordar el proceso electoral sin pase vacunal, un nuevo factor excepcional ha irrumpido en la campaña. La invasión militar rusa de Ucrania llevaba a Macron a anunciar su candidatura mediante una sobria «carta a los franceses» con una disculpa por «no poder dedicar tiempo» a la campaña como postdata.

Una declaración que, a la espera de cómo evolucione la guerra, sitúa al presidente al mando. Ayer se permitió dar un breve paseo como candidato, en Poissy, mientras relega al papel de comentaristas a los aspirantes a ocupar su puesto.