EDITORIALA
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Las huelgas concluyen con negociaciones

La huelga de transportistas sumó ayer su quinto día y las repercusiones empiezan a ser visibles en los comercios. Además, algunas empresas automovilísticas van a parar o han detenido ya su producción debido a la falta de piezas. Al paro del transporte se ha sumado la decisión de la flota pesquera de no salir a faenar esta semana a causa de los precios del gasoil y de la huelga de los camioneros. Por otro lado, agricultores y ganaderos están sufriendo ya los efectos del paro, puesto que no pueden ni recibir piensos ni otros insumos, ni tampoco vender sus productos, con lo que en poco tiempo la situación puede volverse crítica en muchas explotaciones vascas.

Como suele ser habitual en este tipo de conflictos, desde el Gobierno primero optan por ignorar la protesta, pero cuando finalmente toma fuerza, la reacción suele ser la de insultar y atacar a los huelguistas. Una maniobra errónea que se repite una y otra vez y que no hace sino extender el malestar y alargar el conflicto. Conviene subrayar que al menos el Gobierno de Nafarroa parece haber dejado de lado esa táctica perniciosa y se reunirá con los transportistas el lunes. Es de esperar que cunda el ejemplo y la negociación se abra paso cuanto antes.

No resultará sencillo alcanzar acuerdos, ya que el transporte, como otros muchos sectores económicos, está sufriendo las consecuencias del modelo económico neoliberal impuesto desde Bruselas, que en nombre de la libertad de mercado ha destruido todo tipo de salvaguardas. Y sin regulación, impera la ley del más fuerte, que generalmente suele ser el contratista. Además, este es un sector muy diverso. Todo ello sin olvidar la competencia desleal, siempre presente allí donde no hay reglas. El alza del precio de la energía, en especial de los carburantes, ha destapado el malestar de un sector que lleva años sufriendo las políticas neoliberales de la Unión Europea y la indiferencia de las administraciones locales. Sería deseable que se abrieran mesas de negociación cuanto antes para encarrilar un conflicto que puede salir muy caro a todos los niveles.