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Rusia redobla la potencia de fuego en sus ataques


Rusia confirmó por primera vez el lanzamiento de un misil hipersónico «Kinzhal» (daga en ruso) para destruir el arsenal subterráneo en Deliatin, en la región ucraniana suroccidental de Ivano-Frankivsk.

Además, hasta un centenar de soldados ucranianos habrían muerto en un bombardeo con media docena de misiles contra un cuartel en Mikolaiev, en el sur, cerca de Odesa.

Rusia ha lanzado misiles de largo alcance contra objetivos militares en el oeste de Ucrania, no lejos de la frontera con Polonia, pero hasta ahora jamás había sido empleado este nuevo sistema de misiles aire-tierra, que equipa los cazas Mig-31, tiene un alcance de 2.000 kilómetros y forma parte de una serie de armas estratégicas «invencibles» según el presidente, Vladimir Putin, en 2018, incluido el misil de crucero «Zircon». Este tipo de misiles, muy maniobrables, desafía todos los sistemas de defensa antiaérea, incluido el escudo antimisiles estadounidense, según Moscú.

El Ministerio de Defensa británico aseguró ayer que, tras lograr en más de tres semanas «progresos mínimos» en Ucrania, el Ejército de Rusia se habría visto «forzado» a variar su planteamiento operacional y perseguiría ahora una «estrategia de desgaste, con uso indiscriminado de fuego».

Misil Stinger y S300 soviético

El Ejército ucraniano cuenta con los misiles antiaéreos Stinger, estadounidenses, un arma que fue decisiva para la derrota soviética en Afganistán que puede transportar un único soldado, y capaz de derribar aviones y helicópteros en un rango de unos 8 kilómetros

El presidente de EEUU, Joe Biden, ha prometido enviar sistemas de defensa antiaérea de mayor alcance pero no es fácil. El Patriot, a bordo de un camión, con radar y 100 kilómetros de alcance, mostró su «eficacia» en las guerras del Golfo e Irak, pero los ucranianos no saben usarlo.

Además, supondría un salto en la entrega de armamento occidental a Ucrania y la OTAN tampoco quiere que caiga en manos de los rusos, que podrían analizarlo y replicarlo.

El Ejército ucraniano sí sabe manejar el S-300 ruso, con menor radio de acción pero capaz de proteger a Kiev y Jarkov, cerca de la frontera rusa.

Países de la antigua órbita soviética y hoy en la OTAN como Eslovaquia, incluso Grecia, los tienen pero exigen Patriots a cambio.   Bulgaria ya ha dicho que no enviará ninguna ayuda militar a Ucrania, tras la amenaza de la embajada rusa en Sofía y las protestas del partído ultra pan-búlgaro y aliado de Putin Renacimiento.

Alemania y Holanda están dispuestos a proporcionárselos a Eslovaquia, pero llevaría hasta mediados de abril. Si EEUU decidiera enviar sus stocks, de producción limitada, podrían llegar tarde para Ucrania. Rusia asegura que ha destruido casi la mitad del centenar de S-300 ucranianos.

Las satrapías del Golfo, cuentan con muchas baterías antiaéreas made in USA pero han realineado tras Rusia.

Errefuxiatuak ez babestea aurpegiratu diote Hungariari

Gobernuz kanpoko erakundeek (GKE) eta hedabideek Viktor Orban xenofoboak gidatzen duen Hungariako Gobernuak errefuxiatu ukrainarrekiko duen jarrera salatu dute.

Gobernuak Caritasi, Gurutze Gorriari eta «bere aldekoak diren beste karitate erakundeei laguntzen die eta gainerako GKEak bakarrik gaude», salatu du Andras Siewertek, 2015eko errefuxiatu oldearen inguruan sortu zen Migration Aid-eko bozeramaileak.

Talde hauek boluntarioen eta udal batzuen laguntza besterik ez dute.

UNHCR Iheslarientzako Nazio Batuen Goi Mandatariaren arabera, 280.000 ukrainar errefuxiatu iritsi dira orain arte Hungariara. Egun pare bat besterik ez dute egiten bertan eta mendebaldera jotzen dute.

“Magyar Narancs” aldizkariak salatu duenez, Estatuak egiten duen bakarra poliziak tren geltokietara eta muga inguruetara bidaltzea da. Migration Aid bezalako GKEek ez dute xentimo bat ere eskuratu errefuxiatuei laguntza emateko.

Orbanek jomugan ditu etorkinen eta errefuxiatuen alde lan egiten duten talde progresistak.GARA