Arnaitz GORRITI
BALONMANO - EHF EUROPEAN LEAGUE

Las estrellas del GOG frenan el ímpetu de Bidasoa-Irun

Hallgrimsson, Tollbring y Morten Olsen marcaron la diferencia en Artaleku.

BIDASOA-IRUN 28

GOG 30


Nada se le puede reprochar a Bidasoa-Irun por el partido que jugó anoche en el duelo de ida del Last 16 de la EHF European League. El GOG danés es favorito para llevarse el torneo y se llevó de Artaleku dos goles de renta de cara al choque de vuelta de la semana que viene. Pero no sin sudar ni sin que sus estrellas tuvieran que sacar lo mejor de su repertorio.

Ante todo, cabe destacar el partidazo del joven portero islandés Hallgrimsson, autor de ¡21! paradas, y que solo perdió gas en los cinco minutos finales. Amargó la vida a todos los jugadores irundarras, en especial un Iñaki Cavero que, pese a que le echó carácter y pudo al fin superarlo hacia el final, soñará con él, sin duda.

Como también brilló el extremo izquierdo Tollbring, autor de 11 goles, dos de ellos desde la línea de siete metros, indescifrable tanto para Sierra, que fue sustituido al poco de arrancar el duelo, y un Xoan Ledo que jugó mejor como lanzador –anotó tres goles– que como portero, ya que solo paró seis lanzamientos.

Y por si fuera poco, el «abuelito» Morten Olsen de 37 años. Ya fuera conectando con el mentado Tollbring, ya fuera buscando en el pivote a Zachariasson y Bergendahl –acabó con siete goles sin fallo, poca broma–, el central titular del GOG dio un clínic de toma de decisiones.

Porque más que sus pases o sus goles, fueron las decisiones de Morten Olsen las que marcaron la diferencia. Con mucho esfuerzo, Bidasoa-Irun logró empatar a 28 pese a que Artaleku estuvo más a la expectativa que inmerso en la tensión del duelo, por mucho que Julen Aginagalde pidiese el calor de su gente.

Con todo, a trancas y barrancas Bidasoa-Irun empató a 28, ya en la recta final del choque, gracias a los mil y un cambios de jugadores y de sistema defensivo de Jacobo Cuétara, al punto de que el GOG jugaba con siete y sin portero, pero no tenía fluidez. Pero Olsen sacó el brazo y puso un misil en la escuadra de Xoan Ledo. Acto seguido, luego de una falta en ataque clara de Kauldi Odriozola –solo se ausentó Jon Azkue–, Morten Olsen encontró al lateral reserva Larson para que este consiguiera el 28-30 definitivo.

Mejor sin complejos

La frialdad del público de Artaleku quizá se debiera a que los locales jamás lograron ponerse por delante y que las igualadas encontraran respuesta del gol adverso en rápidos ataques, excepto el del 28-29. Bidasoa-Irun salió a verlas venir, como el público, y con 3-6, en pleno show de Hallgrimsson y Tollbring, tuvo que llamar al orden a los suyos un enojado Jacobo Cuétara.

Reaccionaron los suyos, en buena medida gracias a los muchísimos cambios de banquillo de su entrenador, que es un ejemplo vivo de técnico que rebusca y rebusca entre sus recursos. A pesar de toparse con el portero, Bidasoa-Irun se repuso y mantuvo un duelo igualado, quizá más parejo de lo que se pronosticaba, pero con el mortal pecado de no poder enseñarle la matrícula a su rival. El mal día de la portería local, pese a los goles y a los juramentos de Xoan Ledo, tampoco ayudó.

Con todo y eso, los irundarras lo dieron todo y remaron hasta conseguir el empate a 28, en un tramo de incomodidad danesa más que manifiesta. Pero cuando todos dudaban, Morten Olsen tomó el mando y marcó la diferencia. Pero aún queda el choque de vuelta.