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Orban consigue su cuarto mandato consecutivo al ganar las elecciones

Los húngaros acudieron ayer en masa a votar en las elecciones legislativas y los resultados parciales publicados varias horas después del cierre de las urnas daban una holgada victoria a Fidesz, el partido de Viktor Orban, quien lograría así su cuarto mandato consecutivo.

Fidesz, el partido del primer ministro de Hungría, Viktor Orban, lideraba anoche el recuento de las elecciones legislativas, rumbo a un cuarto mandato consecutivo que habría logrado con amplia ventaja, según los primeros resultados oficiales parciales publicados por la Oficina Nacional Electoral (NVI).

Aunque los analistas habían pronosticado una batalla muy reñida, con el 70% de los votos contados, Fidesz habría obtenido el 55% de los sufragios, frente al 33% de los conseguidos por Unidos por Hungría, la alianza de seis partidos de la oposición que dejaron de lado sus diferencias ideológicas para sacar del poder a Orban.

La votación estuvo marcada por la participación, que alcanzó el 67,8%, una cifra muy parecida a la de 2018, cuando se produjo el récord de afluencia electoral desde la caída del comunismo, con el 70,2%.

Los resultados definitivos se conocerán a lo largo de la semana, cuando se cuenten los votos emitidos en el extranjero, que suelen ser mayoritariamente favorables a Orban.

Si el actual primer ministro y su partido, el Fidesz, mantienen la tendencia del escrutinio, podría incluso revalidar su mayoría absoluta de dos tercios con la que ha ejercido el poder desde 2010.

Las proyecciones indicaban que el partido gubernamental podría controlar más de 133 escaños de los 199 totales, mientras que la coalición opositora Unidos por Hungría tendría 58.

Una de las sorpresas de las elecciones fue el resultado del partido de extrema derecha Nuestra Patria, que superó el umbral del 5% y podría sumar al menos 5 escaños.

Anoche, ante miles de seguidores, Orban celebró el triunfo: «Hemos conseguido una enorme victoria».

«Una victoria que quizá se pueda ver desde la Luna, pero seguro que sí se ve desde Bruselas», agregó en una crítica a la Comisión Europea, que le abrió recientemente un expediente por la ley húngara que prohíbe hablar de homosexualidad a menores.

Apoyo de los ultras

El primer ministro, un crítico feroz de la inmigración, los derechos LGBT+ y los «burócratas de la UE», se ha ganado la admiración de los nacionalistas y la ultraderecha de Europa.

Así, agradeció en su intervención a sus «amigos de EEUU, Italia, Austria y España» el apoyo recibido en las elecciones.«La política conservadora, patriota ha ganado, y nuestro mensaje es que ésta no representa el pasado, sino el futuro», sostuvo.

Los comicios de ayer se preveían como los más reñidos desde que Orban llegó al poder en 2010 debido a que los seis principales partidos de la oposición dejaron de lado sus diferencias ideológicas para formar un frente unido decidido a sacar del poder a Fidesz a su «autoritario» líder de 58 años. Pero no fue así.

Orban ha gobernado Hungría los últimos 12 años con una amplia mayoría absoluta que le ha permitido aprobar en solitario una nueva Carta Magna y enmiendas constitucionales con las que ha socavado la separación de poderes, según las críticas de la oposición y de la Unión Europea (UE).

De acuerdo con los analistas, la guerra en la vecina Ucrania ha beneficiado a Orban, que se ha presentado ante el electorado como el garante de la estabilidad en tiempos turbulentos y ha acusado a la oposición de querer involucrar a Hungría en la guerra por solidarizarse con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.

Orban, que tiene sintonía con el presidente ruso, Vladimir Putin, con quien comparte políticas, secunda las sanciones de la UE contra Moscú, pero se niega a entregar armas a Ucrania, prohibiendo incluso que material bélico con destino a Kiev transite por territorio magiar. La oposición tilda a Orban de «mini-Putin» por su tendencias autocráticas y subrayando su creciente aislamiento en la UE.

Además de la elección de diputados, los húngaros están convocados a responder a cuatro preguntas vinculadas con la reciente ley anti-LGBT+, que prohibe hablar a los menos de 18 años de «cambio de sexo y homosexualidad».