El Parlamento de Pakistán designó ayer como nuevo primer ministro a Shehbaz Sharif, candidato de consenso de la oposición y hermano del exiliado líder Nawaz Sharif, tras una votación boicoteada por la formación del recién destituido Imran Khan, Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), cuyos miembros abandonaron la sala en protesta por lo que denuncian como una conspiración extranjera. Sharif recibió el apoyo de 174 parlamentarios, suficientes para obtener la mayoría requerida en la cámara de 342 escaños.

Sharif, de la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N), formará un Gobierno de coalición con los opositores Partido Popular de Pakistán (PPP), el Jamiat Ulema-e-Islam (F), y el Muttahida Qaumi Movement-P, que fue crucial al abandonar su alianza con el PTI, impulsando el triunfo de la moción de censura. Sin embargo, este gabinete durará poco más de un año, hasta mediados de 2023, cuando están previstas elecciones generales.

La votación estuvo marcada por la renuncia en masa de los miembros de la formación de Khan, quienes dejaron la Cámara tras un largo discurso del exministro de Exteriores y candidato del PTI Shah Mahmood Qureshi. «No legitimaremos un Gobierno traído por una intervención extranjera. Estamos boicoteando y anunciando nuestra renuncia a la Asamblea Nacional», dijo.

Khan denunció en repetidas ocasiones la existencia de un «complot de EEUU» –que siempre lo ha negado– y de la oposición para derrocarle y cambiar la política exterior de Pakistán. Dicha conspiración se habría intensificado tras la reunión que mantuvo con Vladimir Putin en Moscú el día que comenzó la invasión rusa de Ucrania.

El hermano en la sombra

Pese a décadas de destacada carrera política, Shehbaz Sharif siempre se había mantenido a la sombra de su hermano, el tres veces primer ministro de Pakistán y jefe máximo del PML-N, Nawaz Sharif, que dominó en solitario la escena política paquistaní y nunca dio espacio en sus gobiernos a su hermano, quien se tuvo que conformar como jefe de Gobierno en el estado de Punjab.

Sin embargo, la inhabilitación de Nawaz Sharif, condenado por corrupción en 2018, y su posterior exilio, dejaron a su hermano Shehbaz en la cúspide de la línea de sucesión de la Liga Musulmana y tomó la batuta de la oposición que le ha llevado a gobernar el país.