Iker Trigo (Zornotza, 2001) fue el primer vasco el domingo en el Valenciaga y demostró que obtiene sus mejores resultados «cuanto más dura sea la carrera y más kilómetros tenga».

Comenzó como infantil de segundo año en el Ekin de su localidad porque «siempre me había gustado el ciclismo, aunque a mis padres no les hacía mucha gracia. Cada vez he ido a mejor. En juveniles conseguí ganar en Karrantza, fui segundo en Sopuerta y fiché por el Baqué, con el que corrí las dos primeros años sub’23. Decidí cambiar de aires, Gomur me dio la oportunidad y estoy muy contento».

El covid-19 le marcó en sus dos años en Baqué: «El primero fue duro porque con la pandemia no corrimos mucho y el segundo empecé bastante bien, cada vez iba a mejor y conseguí ser noveno en la general de Castellón y en Gorla estuve cerca del Top 10. En la mayoría acabé entre los veinte primeros y este año quería dar un paso más».

A Iker Trigo le atrajo la opción del Gomur porque «me gusta cómo trabajan y su calendario, que es muy completo. Hay mucha confianza entre todos los integrantes del equipo, compañerismo. Es como una familia, el trato es muy agradable. El equipo pone a cada corredor las carreras que se adaptan a sus características. Estamos contentos y así salen las cosas más fácil».

Ha corrido las carreras más duras por su capacidad de asimilar los grandes kilometrajes y los puertos más exigentes. Fue décimo en la primera prueba de Colindres y decimotercero tras estar escapado con Enekoitz Azparren en la segunda. Acabó sexto en Gorla y cuarto en el Valenciaga, solo superado por dos escaladores de gran nivel que el año próximo seguramente estarán en profesionales como Pablo Castrillo y Davide Piganzoli.

«Me dio rabia no hacer podio»

También llegó por delante José Luis Faura, que le cogió la rueda y aprovechó su desgaste para arrebatarle la tercera plaza: «Estuve tirando, no pasaba al relevo, por detrás no venían lejos y si no tiraba nos iban a coger. Decidí tirar y al gastar más a falta de 500 metros me arrancó y no pude seguirlo. Me dio rabia porque me veía con fuerza para hacer podio, pero jugó con más sangre fría y le salió bien».

Para él no fue una sorpresa su Valenciaga: «Yo sí me lo esperaba. Era una llegada buena para mí porque acaba en alto y, después del sexto puesto de Gorla, sabía que podía estar con los mejores. Por eso el equipo me dio carta libre para disputarla. Cuando atacó Castrillo intenté salir con él, pero iba demasiado fuerte y preferí seguir a mi ritmo y pelear por el tercer puesto. No lo logré, pero acabé muy contento. Además estaban todos los conocidos y amigos de la cuadrilla que fueron a verme».

El cuarto puesto le permitió desquitarse de la edición anterior –«fue un día con mucho frío y no me salió bien» – y confirmar su actuación de Gorla: «También tuve sensaciones muy buenas. Fui sexto con la mala suerte de que sufrí una caída que me hizo gastar más. Por eso, el puesto estuvo muy bien».

El Valenciaga demostró que es un buen escalador. Mide 1,78 y solo pesa 56,7, lo que le ayuda: «Siempre he sido delgado, no cojo peso, pero ahora me cuido mucho. El año pasado estaba en 56 y el nutricionista me dijo que debía subir algo y ahí estoy. Hay que hacer un sacrificio, pero no me cuesta. Me encanta todo lo relacionado con la nutrición y el deporte. Por eso estudio CAFYD en Deustu. Estoy en Tercero y lo llevo bien, con buenas notas».

Compaginar los estudios da más mérito a un escalador que no encuentra en Euskal Herria los puertos ideales para él: «Aquí son cortos, te aguanta más la gente, no se pierde mucho tiempo y se reagrupa todo. Prefiero puertos largos y duros y me vienen mejor las vueltas y las carreras que los tienen. Por eso haré las más duras de la Copa, Santikutz y Vigo, y entre las vueltas quiero correr la de Castellón. El año pasado la hice bien e iré a por todo. Mi objetivo es estar adelante en las carreras duras y disputar las vueltas».

Antes quiere aprovechar su buen momento mañana en Durango: «Es una carrera cerca de mi casa, me la conozco muy bien y saldré a por todas». De cara al futuro no piensa por ahora en pasar a profesionales: «Tampoco estoy obsesionado con eso. Quiero disfrutar y seguir progresando y mejorando».