Ante un tribunal de Manhattan, el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández (2014-2022), extraditado el pasado 21 de abril, se declaró no culpable de los delitos de tráfico de cocaína y posesión de armas pesadas de los que le acusa el Gobierno de EEUU y por los que podría enfrentarse a cadena perpetua.

La siguiente vista ha sido fijada para el 28 de setiembre.

La instrucción del caso en EEUU se produce poco más de un año después de que su hermano Juan Antonio Tony Hernández fuera condenado en Nueva York a cadena perpetua más 30 años de prisión en un juicio en el que el nombre de Juan Orlando fue citado continuamente y en el que los fiscales preguntaron sobre su relación con narcotraficantes sin dudar en describir Honduras como un narcoestado.

Al concluir la vista de ayer, cuando Hernández salía de la sala, dos personas le gritaron: «¡Arrepentirse!» y «¡Rata!». Un grupo de manifestantes pidió cadena perpetua para el expresidente en una concentración en el exterior de los juzgados.