GARA Euskal Herriko egunkaria
MENDIZORROTZA

«El Glorioso volverá»

El Cádiz amarró la permanencia por la que no pudo pelear el Alavés en un partido de dos mitades muydistintas gracias al gol de Lozano y el empate del Granada. Sin dejar a un lado las críticas, la afición albiazuldio el primer paso hacia la necesaria reconstrucción con un incondicional apoyo al escudo y la entidad.


DEPORTIVO ALAVÉS 0

CÁDIZ 1


Por mucho que traten de dinamitar su influencia con horarios y precios como los de esta última jornada, son las aficiones las únicas que dan sentido a este circo del fútbol profesional y las hinchadas de Alavés y Cádiz, que tan buen ejemplo ofrecieron ayer en Mendizorrotza y horas antes en todo Gasteiz «El Glorioso volverá», como rezaba una pancarta exhibida desde la grada amarilla. Y si lo hace, que antes o después será, lo hará de la mano de una grada como la de Polideportivo que entendió que ese camino de vuelta arrancaba ayer mismo y, olvidados los reproches, se dedicó a animar a su equipo como en las mejores citas, quizá por aquello de que «venimos por la camiseta, no por ustedes», que popularizaron en las gradas de Rosario.

Eso sí, en momentos puntuales, antes del comienzo de la primera parte, tras el descanso y mediada la segunda mitad, las gradas hablaron nítidamente. «Nacidos para sufrir, no para arrastrarnos», «Afición entregada y comprometida busca directiva, secretaría técnica y jugadores a su altura» y «Que no quede nadie que deshonre nuestro escudo cuando volvamos» fueron los mensajes enviados por la grada, con nítidos gritos de «directiva dimisión», por si alguien tratara de escurrir el bulto.

El debut de un gasteiztarra como Unai Ropero en Primera División, también parece un buen punto de apoyo para dotar al club de esa identidad de cuya falta había adolecido, y no solo en la presente campaña.

Dos mitades muy distintas

Sin que pueda entenderse como pistas sobre la tan urgente como necesaria reconstrucción del equipo, pues Julio Álvarez también tiene las horas contadas en Gasteiz, el Alavés saltó al césped sin puntales como Pacheco o Laguardia, que arrancaron en el banquillo, ni Luis Rioja ni Joselu –dos de los que mejor escaparate pueden tener en Primera–, que ni siquiera fueron convocados, el Alavés arrancó el partido de la despedida mucho menos exigido de lo esperado.

Y es que, como ya le sucedió al Alavés en partidos de máxima exigencia, el Cádiz deambuló por el campo, como si esperara que el Alavés se marcara el gol que necesitaban en propia puerta. Loum y Lejeune, de falta, tuvieron las mejores oportunidades de la primera mitad.

Sin embargo, la arenga de Sergio en el descanso surtió el efecto deseado para, no sin sufrirlo –con el gol de Lozano al poco de entrar, el penalti fallado por el Granada, o el que el árbitro pitó en el área amarilla y el VAR deshizo– sellar la permanencia del equipo gaditano.